PUGLIA- COSTA AMALFITANA- POMPEYA Del 25 al 30 de Enero 2018



A finales del mes de Octubre en el programa "Españoles por el mundo" que se retransmite en TVE 1 daban un reportaje de la Puglia ó Apulia en español.
Los paisajes y pueblos nos parecieron interesantes y esa misma noche de jueves buscamos en internet más información y sin pensarlo más, compramos los vuelos con destino a Bari.

Toca diseñar una ruta adecuada a los pocos días que nos quedan de vacaciones del año 2017 y aprovechar a ver lo máximo posible.

Esta región, Puglia, tiene un maravilloso Patrimonio Histórico y Cultural, pueblos pintorescos, y campos de olivos milenarios. 

El viaje lo comenzaremos por el Valle d' Itria, situado entre los mares Jónico y Adriático, se extiende por las provincias de Bari, Brindisi y Tarento.
La zona es conocida por los Trulli o Trullos, construcciones típicas en forma de cono de piedra.

Poco a poco bajaremos dirección sur, a la región de Salento para visitar Lecce, Otranto, Nardò,  
Esta zona es conocida por sus maravillosas playas de arena blanca como Porto Cesareo o Porto dell'orso.

No queríamos pasar la oportunidad de conocer la Costa Amalfitana, seguro no es la mejor época para visitar este precioso lugar, pero ...

Y como nos pilla de camino de regreso a Bari, vamos a dedicar el último día para visitar Pompeya y dar un paseo por Nápoles.

Sin duda van a ser unos días muy intensos, pero estamos deseando que llegue la fecha de partida !!!


ITINERARIO: 


DÍA 1: MADRID- BARI.

Nuestro vuelo de Ryanair sale con puntualidad a las 7:10 horas y nada más despegar caemos rendidos por el madrugón.
 Las dos horas y veinticinco minutos que dura el vuelo lo pasamos dormidos. Aterrizamos y Lo primero que hacemos es ir a buscar nuestras maletas y recoger el coche que tenemos alquilado.

Los trámites nos llevan sobre una hora y buscamos donde tomar un café para despejarnos. Sobre las 11:00 horas ya estamos preparados para emprender camino al que será nuestro primer destino, la ciudad de Matera, que aunque no pertenece a la región de Puglia, está bastante cerca y no queremos perder la ocasión de visitarla.



Dejamos el coche en la zona alta de la ciudad y comenzamos a caminar callejeando siempre en descenso para llegar al centro histórico .

Pasear por Matera es como volver al pasado, donde sus habitantes excavaron grutas en la montaña para hacer sus casas y luego fueron obligados a abandonarlas para trasladarse a barrios más modernos.

Estas grutas, llamadas "Sassi" hoy son el símbolo de la ciudad que renace, y la UNESCO en 1993 los declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad.

La piedra que rodea la ciudad de Matera, la gente del pueblo la llama "Tufo", es una roca de fácil manejo y por eso a estos habitantes les resultó fácil excavar y hacer sus casas, una al lado de la otra, otra dentro de otra, y así hasta formar una gran escultura urbanística.

Visitamos el barrio Civita, que por sus características morfológicas puede considerarse una fortaleza natural.
Llegamos al Duomo y en su visita encontramos grandes obras de arte, entre las que destacamos  una Virgen de influencia bizantina del siglo XIII llamada "della Bruna".



En la Catedral nos informan, que hay un Parque Arqueológico Histórico de la Murgia y una ruta de iglesias rupestres, excavadas en el "tufo", que se extiende en una superficie de 7000 hectáreas,  decoradas con frescos y muy interesante de ver, pero viendo la hora que es y que queremos regresar a Bari antes de que anochezca, decidimos no hacer.

Comimos en la Piazza Sedile, que se encuentra muy cerca de la Catedral y que en estos momentos tiene mucho ambiente turístico y proseguimos la visita por la parte medieval y renacentista, al borde de los "Sassi".




Para terminar, también comentar que hay una gran ciudad nueva que es donde realmente se hace la vida en Matera y que es donde tenemos nuestro vehículo, por lo que toca emprender un ascenso callejeando hasta dar con el coche.

Sobre las 15:00 horas emprendemos el camino dirección Bari, la capital de la región de Puglia y como sabíamos que andaríamos mal de tiempo, teníamos reservado un hotel céntrico, al lado de la Estación de Ferrocarril, en la Plaza Umberto I.

No perdemos nada de tiempo en el hotel, en apenas 30 minutos estamos saliendo dispuestos a recorrer la ciudad en su agradable ambiente nocturno.

La ciudad puede decirse que tiene tres zonas bien diferenciadas, Bari Vecchia, o casco viejo, sobre un pequeño promontorio que da al mar; el pueblo del siglo XIX, conocido como "Borgoñas Murattiano" que es el corazón económico y sede de los teatros y del Palazzo Municipal, y finalmente, la ciudad moderna con sus barrios residenciales.

Nosotros comenzamos por la peatonal Vía Argiro, llena de gente que sale de compras o a tomar algo en alguna de las muchas terrazas y cafeterías que vemos y llegamos a la primera visita, la Piazza del Ferrarese, una puerta de entrada al casco antiguo desde el puerto viejo.
Esta plaza, con muy buen ambiente nocturno, tiene varios edificios importantes, como la Sala Murat, que alberga muestras de arte o la Iglesia Vallisa, donde se pueden ver representaciones artísisticas o conciertos.

A pocos pasos, encontramos la Piazza Mercatile, antiguo centro comercial de la ciudad y donde se encuentra el Palazzo del Sedile con su Torre del Reloj, la Columna de la Justicia del siglo XII y la Fontana della Pigna del siglo XVII.




Aprovechamos una de las terrazas de la plaza para cenar algo y coger fuerzas para seguir descubriendo esta bonita ciudad.

Callejeando llegamos a la Basílica Cattedrale di San Sabino, de un color blanco resplandeciente que nos encanta por fuera, lástima no poder entrar a visitarla.

En el lado derecho, se encuentra el Palazzo Arcivescovile que alberga el Museo Diocesano.




A pocos metros encontramos el Castillo Normando Suevo de Bari, una fortificación medieval, rodeada por un antiguo foso, y a la que se puede acceder a través de un puente.
Adosado al viejo perímetro de las murallas y con vistas a los muelles de San Vito y Pizzoli, servía de estructura defensiva.
En el siglo XVI acogió la corte de Isabel de Aragón que hizo construir grandes baluartes con torreones sobre el foso y un bastión en los tres lados (el cuarto lado está protegido por el mar).


Y seguimos callejeando y descubriendo detalles y rincones que embellecen la ciudad, y por fin llegamos a la Basílica de San Nicola, el símbolo de la ciudad y corazón religioso de Bari.



Salimos por un arco y llegamos al paseo marítimo, y caminando poco a poco llegamos a la Piazza Mercantile y desde ahí regresamos al hotel por el mismo camino que hicimos con anterioridad.


DÍA 2: ALBEROBELLO- LOCOROTONDO- MARTINA FRANCA- CISTERNINOS- OSTUNI- BRINDISI.

Despertamos temprano para aprovechar a tope las horas de luz, y aunque a primera hora de la mañana el frío se hace notar mucho, enseguida salimos del hotel para poner rumbo a nuestro primer destino, la ciudad de Aberobello, con sus trullos (forma típica de construcción en la región de Apulia) o construcciones cónicas de origen prehistórico hechas de piedra.

Esta construcción la vamos a ir viendo por el Valle de Itria (entre las provincias de Bari y Brindisi) al que vamos a dedicar el día.

Esta población es conocida como la capital de los trullos, y no es para menos, ya que tiene un centro histórico que está íntegramente construido por estos blancos y particulares edificios.


Paramos a tomar un café cerca de la Piazza del Popolo donde se encuentra el Ayuntamiento y preguntamos hacia donde tenemos que dirigirnos para ver el centro histórico, y la verdad es que estamos a un paso, por lo que sin perder tiempo hacia allí nos vamos caminando.

El barrio Monti, está compuesto por más de 1000 trullos, entre ellos nos encontramos con los llamados "trullos siameses" que tienen doble fachada.





Nos vamos perdiendo por sus callejuelas encontrando rincones idílicos para ser fotografiados y al final llegamos a la Iglesia de San Antonio, con forma de trullo.


Sin duda, Alberobello es una ciudad para recomendar a todo el que venga a visitar la zona.

Regresamos a por el coche y ponemos en el GPS nuestro próximo destino,  Locorotondo. Llegamos pasadas las 12:00 y dejamos el coche antes de llegar a una empinada calle que lleva al centro histórico.

Caminamos por sus callejuelas peatonales viendo sus rincones y casas blancas,




pero sus principales atracciones turísticas son la Chiesa María Anunziata y la Chiesa di San Giorgio Martire, así como el Santuario Madonna della Greca y el Santuario di San Rocco.



La ciudad es bastante pequeña, por lo que antes de parar a comer, nos vamos al coche para ir al siguiente destino, la ciudad de Martina Franca.

Aparcamos cerca de la Porta Santo Stefano (o Arco di Sant' Antonio) situado en la Piazza XX Settembre que da acceso al centro histórico, pero lo primero que hacemos es buscar una pizzería para comer rápido.

Después de comer apetece sentarse a dormir un rato en el parque que hay fuera de la muralla de la ciudad, pero hacemos el esfuerzo y dejamos la pereza.

Atravesamos el arco y con encontramos con la bonita Piazza Roma, donde vemos el Palazzo Ducale,  el Ayuntamiento, una biblioteca y la oficina de información y turismo.



El centro histórico es un laberinto de callejuelas adornadas con fachadas barrocas donde da gusto perderse fotografiando cada rincón.

Seguimos la Vía Vitorio Emanuel y llegamos a  la Basílica di San Martino que se encuentra en la Piazza Plebiscito, y donde también vemos la Torre dell' Universitá e Torre dell' Orologio.



A pocos pasos entramos en la Piazza María Inmacolata, donde obtenemos una bonita vista de la Basílica y de los soportales de la plaza.



También encontramos otras iglesias y rincones bonitos, pero el tiempo pasa rápido y no queremos llegar tarde a nuestro próximo destino, por lo que nos vamos hacia el coche y emprendemos camino hacia  la ciudad de Cisterninos.

Llegamos a Cisterninos con un sol radiante que invita al paseo y es eso precisamente lo que hacemos.
Comenzamos la visita por la Piazza Garibaldi donde se levanta el  monumento al Soldado y justo en frente nos encontramos con la Chiesa Matrice di San Nicola y la Torre de la Puerta Grande o Norman-suabo.




Comenzamos a callejear y al igual que en las otras ciudades vemos rincones y fachadas de piedra blanca.



Después de un buen rato dando vueltas emprendemos  viaje hacia Ostuni, y nos alegramos de llegar pronto para visitar esta bonita ciudad, cuyo centro antiguo es pequeño pero muy intenso.

La ciudad ha crecido tanto que el centro antiguo parece estar desplazado al extrarradio, por lo que es importante aparcar el coche lo más cerca a la Piazza Libertá y desde allí empezar a caminar.
     
Comenzamos la visita casi a las 16:00 horas, y como hemos dicho nos situamos en la Piazza Libertá, amplia y con el gran edificio del Ayuntamiento y la Chiesa di San Francesco D' Assis en el lateral.


También podemos contemplar la columna Guglia di Sant' Oronzo, patrón de la ciudad.


Nos encaminamos hacia la pequeña colina donde se encuentra el conjunto monumental. Nos encontramos con la Chiesa di San Vito Martire, que alberga el Museo Arqueológico y a partir de aquí comenzamos a ver las casas blancas, motivos florales, puertas y rincones bien adornados que hacen tan especial esta parte de la ciudad.




Pasando un arco llegamos a la Vía Cattedrale que nos conduce a la bonita Catedral y el Museo Diocesano situados en la Piazza Beato Giovanhi Paolo II.




Seguimos perdiéndonos por las calles estrechas hasta llegar casi a completar un círculo que nos devuelve al Museo Arqueológico y descendemos hasta llegar a la Piazza Libertá.

Sin poder ni tomar un café nos dirigimos hasta el último destino del día, la ciudad de Brindisi.

Lo primero que hacemos al llegar, es llamar al dueño del apartamento que tenemos para esta noche y quedar con él para que nos de las llaves y así ya no estar pendientes ni tener prisa para visitar la ciudad.

Estamos alojados en pleno centro, muy cerca del puerto y muy cerca de todo el recorrido que tenemos señalado en el plano de la ciudad, por lo que dejamos bien aparcado el coche y caminando por las calles iluminadas nos dirigimos hacia la Piazza Sottile de Falco para ver el Palazzo Granafei Nervegna, el Teatro G. Verdi y el área arqueológica di San Pietro Degli Schiavoni.


Se nos acerca un lugareño y nos dice que le sigamos para que podamos visitar algo que seguro no tenemos previsto ver y mirándonos decidimos ir. Nos lleva al Palazzo ex Corte D' Assise, donde podemos ver la Colonna Romana nella ex corte d' Assise y otros restos de la ciudad romana. Nos explica un poco la historia de la columna, y señalándonos en el mapa lo que tenemos para el final de nuestro recorrido, la visita a las dos Columnas Romanas situadas al final de la Via Appia, así descubrimos que después de un fuerte terremoto, éstas cayeron y una se reconstruyó al completo y la otra sólo se levantó la base, ya que el capitel es lo que estamos visitando precisamente aquí, en el Palazzo ex Corte D' Assise.


A pocos metros, el Ayuntamiento moderno o Palazzo di Cittá.

Callejeando, pero cerca, encontramos la Chiesa di San Giovani al Sepolcro donde entramos para visitar sus frescos de origen bizantino y su original forma circular.



Desde aquí vamos a la Piazza Duomo para visitar la Catedral y la Colonne Romane situada a un lado de ésta.


En la misma plaza se puede ver el Palazzo Arcivescovile y el museo arqueológico.



Pasando el arco que hay en la plaza y siguiendo la calle llegamos a la Colonne Romane donde podemos ver dos inmensas columnas (una completa y a la otra la falta la parte que visitamos en el Palazzo ex Corte D' Assise).



Estamos justo al final de Via Appia, bajamos la gran escalinata y nos encontramos en el paseo del puerto, desde donde se ve de frente el Monumento al Marinaio del año 1933.


Ya cansados vamos caminando por la orilla del mar hasta llegar a la plaza donde se encuentra la iglesia de Santa Teresa y una bonita fuente.

A pocos metros encontramos una pizzería para cenar y sin demorar mucho la sobremesa, nos vamos a descansar.


DÍA 3: LECCE- OTRANTO- GALLIPOLI- SALERNO.

Despertamos temprano, tenemos una amplia terraza y Alfonso quiere levantar el drón para llevarnos una panorámica de la fortaleza que tenemos a un paso del apartamento y de un portaaviones  del ejército, pero por más que lo intenta los inhibidores del barco no permiten el vuelo.

Desayunamos y tiramos unas cuantas fotografías antes de salir rumbo a la ciudad de Lecce, nuestra primera visita del día.



Hoy toca descubrir la Región de Salento, que es la comarca formada por la extremidad sudeste de la región de Apulia (también conocida como el tacón de la bota italiana).

Lecce es el foco cultural de la región de Salento en Apulia, y es conocida como "la Florencia del sur" ya que sabe sorprender y fascinar al visitante con su antiquísimo origen mesápico,  restos arqueológicos de la dominación romana y la riqueza del barroco en sus iglesias y palacios del centro de la ciudad.

Sobre las 8:45 horas llegamos a Lecce y nos encontramos con una ciudad que ya tiene mucho movimiento de gente en las calles.
Dejamos el coche en zona azul justo al lado de una fortaleza (Castillo de Carlos V) y a pocos metros de la  Piazza di San Oronzo) .


En esta bonita plaza de San Horoncio, encontramos el Palacio del Seggio, conocido como el "Sedile" que alberga exposiciones, la Iglesia de Santa María de las Gracias, el Anfiteatro romano de forma elíptica y la columna romana con la estatua del patrón a su lado.


Comenzamos a callejear por las calles del centro y nos damos cuenta que es como estar en un museo al aire libre, iglesias, fachadas y edificios a cuál más bonitos.

Llegamos a la Piazza Duomo que acoge la Catedral de María Santísima Asunta, con un campanario de doble fachada, una sobria y otra ricamente decorada; el Palacio Obispal, de época renacentista y el Palacio del Seminario, particular por su fachada decorada.





Caminando llegamos a la Peazzeta Gaetano Quarta donde se encuentra la Puerta Rueae, coronada por la estatua del patrón


y es por aquí por donde salimos de la ciudad para llegar hasta el Obelisco que se encuentra justo en frente de otra de las puertas de la ciudad, la Puerta Napoli.



Volvemos a entrar al casco antiguo y seguimos caminando sin perder detalle de las bonitas iglesias y fachadas.

Llegamos a la Vía Umberto I donde vemos la preciosa fachada del Ex Convento dei Oadri Celestini, convertido en el Palazzo della Provincia. En la misma fachada contemplamos la bonita Iglesia de la Santa Cruz (que aunque no podemos ver su gran rosetón por obras, si podemos entrar a visitarla).


A pocos metros estamos de vuelta en la plaza donde comenzamos el recorrido, junto al anfiteatro romano.

Se nos llega la hora de volver al coche si no queremos que nos pongan una multa, y aprovechamos ha sacar la última foto de la ciudad, una foto a la fortaleza.


Son algo más de las 11  de la mañana y nos vamos hacia la ciudad de Otranto, donde llegamos casi cuarenta minutos más tarde.

Otranto es una ciudad conocida por sus pequeñas callejuelas y casas blancas que se van recorriendo en el interior de sus murallas, dominadas por el gran Castillo Aragonés.
Su casco antiguo permanece muy bien conservado y brilla en todo su esplendor protegido por las fortificaciones con vistas a la orilla sur del puerto natural.

Antes de comenzar la visita a la ciudad, aprovechamos una cafetería para tomar algo y coger fuerzas, y ahora sí que caminando al lado de la ría, llegamos a la Porta Alfonsina, la atravesamos y nos dirigimos hacia la Piazza Basilica para ver la Catedral, pero está cerrada por lo que...





Muy cerca nos encontramos con el Castillo de Otranto y la muralla.
El Castillo está rodeado de un amplio foso protegido por tres torreones cilíndricos, y tiene un bastión que domina el puerto.

Nosotros vamos rodeando el castillo hasta llegar al embarcadero del puerto y luego volvemos a entrar a la ciudad por la Porte Torre Matta.

Seguimos caminando y llegamos a la plaza del pueblo o Piazza del Popolo, con la Torre dell'Orologio (Torre del Reloj).

A pocos metros pero un poco escondida, nos encontramos con la Chiesa di San Pietro, una iglesia bizantina que se remonta al siglo X y que fue durante muchos años la sede de culto griego, pero que también encontramos cerrada.

Paseamos por la calle principal de la ciudad, Corso Garibaldi, muy concurrida en estos momentos y que nos lleva nuevamente a la entrada o salida de la ciudad.

Ya es la hora de comer pero Alfonso no se quiere ir sin volar el dron y sacar unas panorámicas de la bonita ciudad, por lo que nos vamos hacia el coche y ya bastante lejos de la ciudad emprende vuelo y os enseñamos las bonitas imágenes.




Sin perder tiempo nos ponemos en camino hacia Gallipoli para llegar sobre las 14:30 horas.
Lo primero es buscar un sitio para comer, y aunque no encontramos mucho donde elegir, entramos en uno que nos ha dado fantástico de comer.

La pena de hacer viajes en esta época del año es que anochece muy pronto, por lo que en menos de una hora estamos de vuelta a la calle para visitar la ciudad.

Es una ciudad pequeña que se divide en dos partes, el borgo, más moderno, y el casco antiguo, que se encuentra en una isla de origen calcáreo, comunicada con la tierra firme a través de un puente del siglo XVII y rodeada por murallas y bastiones que se construyeron para defender la ciudad de los ataques que llegaban por mar.

Está ubicada sobre el mar Jónico, diametralmente opuesta a la ciudad de Otranto situada en el Adriático.

La visita la empezamos y terminamos por el Castillo Aragonés.


Luego nos vamos perdiendo por las callejuelas hasta llegar a la Catedral de Sant'Agata.



Luego, siguiendo la muralla vamos bordeando la ciudad y esperamos a ver la bonita puesta de sol que se nos presenta.


Sin duda, es una bonita visita y para que os hagáis una idea mejor de la ciudad, os dejamos unas vistas desde el cielo.




Un poco más tarde de las 16:30 abandonamos Gallipoli y ponemos rumbo a Salerno, por delante tenemos 395 km que hacemos completamente de noche ya.

Salerno es como un laberinto de callejuelas estrechas y nosotros tenemos el hotel en el centro. Pasamos bastantes apuros para poder llegar no hasta la puerta del hotel, sino hasta lo más cerca posible de él.

Además es viernes y sus calles están repletas de gente que sale a cenar, a tomar algo o simplemente a juntarse con los amigos para hacer botellón en la zona de la costa.

El ambiente nos encanta, incita a la diversión y por no ser menos que cualquiera de ellos, dejamos el hotel para salir a cenar y tomar una copa en cualquier garito del centro.

También vamos haciendo turismo calle arriba y calle abajo, sin rumbo fijo pero sin perder detalle de esta gran ciudad.

Muy cerca de la una de la madrugada regresamos al hotel para descansar.


DÍA 4: COSTA AMALFITANA- NÁPOLES.

No por mucho trasnochar... hay que levantarse más tarde, nos espera un precioso y soleado día para disfrutar en la Costa Amalfitana.

A las 8:00 nos levantamos y no tardamos mucho en prepararnos y desayunar.
Salimos con la maleta y toca ir a buscar el coche (que lo tenemos en una callejuela perdido).

La Costa Amalfitana es un tramo de costa italiana bañado por el mar Tirreno, situado en el golfo de Salerno. Este tramo es de gran interés turístico, pero al visitarlo en el mes de Enero, la verdad es que no encontramos atascos ni problemas para aparcar y ver bien la zona.

Los municipios que integran la costa fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.

Salimos de Salerno y la primera parada que hacemos es para visitar Vietri sul Mare, población muy unida a la fabricación de azulejos utilizados en muchas cúpulas de iglesias de la zona.
Caminamos por las calles del pueblo viendo todos los mosaicos de azulejos que adornan puertas y fachadas hasta llegar a la Iglesia de San Giovanni Battista .








Proseguimos la ruta y llegamos a Minori, que junto a la cercana Cetara, son dos centros balneario de gran importancia.

Cualquier lugar que encontramos para salirnos de la carretera y parar nos parecen estupendos para sacar alguna panorámica volando el dron.







También paramos en Maiori, un pequeño y pintoresco pueblo con vestigios romanos.

Ahora nos vamos hacia Ravello, una localidad cuyo enclave no puede ser más bonito, se llega a través de una carretera interior que se va empinando, con muchas curvas en las que es mejor no encontrarse con otro coche de frente porque apenas se cabe...

En la localidad de celebra un festival de música cada año para recordar a Richard Wagner, un incondicional del lugar.





La verdad es que desde cualquier sitio, las vistas son magníficas.

 

Nos hubiera gustado entrar a visitar Villa Ruffolo, pero el tiempo se nos echa encima y como anochece pronto no podemos entretenernos más.

Deshacemos el camino hasta llegar otra vez a la costa y ahora nos vamos hasta Amalfi. Llegamos sobre las 13:00 horas y el ambiente en el paseo marítimo es de lo más animado. Paramos el coche aquí con la intención de encontrar un sitio para comer, pero las terrazas están llenas.

Nos vamos caminando a visitar un poco la localidad donde podemos destacar su imponente catedral del siglo X.





Hace buenísimo y decidimos comprar una pizza y comerla a orillas de la playa sentados en la arena.

Seguimos camino intentando ver la Gruta dello Smeraldo,  que se pueden visitar montando en barca, pero no dimos con el embarcadero. Nos dirigimos a Furore, donde tenemos señalado que podemos ver un pequeño fiordo, pero a decir verdad, sólo se ve una gran profundidad en la tierra, pero nada del entrante de mar, por lo que si se va apurado de tiempo, esta visita es prescindible.

Las vistas siguen siendo fabulosas.




La próxima parada es Praiano, donde las casas blancas son la nota dominante del pueblo. A sus pies se extiende Marina di Praia, una bonita playa a la que se accede por un camino y donde se pueden ver que las antiguas casas de los pescadores, ahora son bares y restaurantes bien acondicionados.




La última parada de la Costa Amalfitana es Positano, donde las casas en lugar se ser blancas, son de color pastel.


El pueblo está construido en el acantilado,  con calles llenas de glamour, buenos restaurantes y muchas tiendas.

La localidad es conocida por haber sido escenario de varias películas como Bajo el sol de la Toscana.

Ponemos rumbo hacia el hotel que tenemos reservado en la ciudad de Pompeya, pero pasando por Seiano tenemos que parar rápidamente el coche porque tenemos una puesta de sol preciosa.
 



Y ahora sí, hacemos los kilómetros sin parar hasta Pompeya.

La habitación que nos ha tocado en el hotel tiene vistas al Vesubio y aunque ya es de noche, estamos deseando verlo mañana.

Después de descansar un rato, decidimos acercarnos a cenar y dar una vuelta a Nápoles, presentimos que mañana no nos va a dar mucho tiempo para ir.

Pues dicho y hecho, nos vamos hasta Nápoles y dejamos el coche muy cerca de la Catedral, así podemos caminar por el centro sin que nada nos pille lejos.

Esta ciudad es muy desordenada, nos recuerda a cuando hicimos el viaje a Sicilia, la gente va sin casco en la moto, dan golpes a los coches para aparcar, no respetan las señales de tráfico... habrá que tener cuidado no nos lleven por delante.

De la ciudad no tenemos fotos, sólo nos dedicamos a ir viendo relajados, después de visitar el Duomo y el Baptisterio (por fuera) nos vamos hacia la vía San Gregorio Armeno, famosa por los pesebres navideños, pero al ser ya de noche, no vemos ninguna tienda abierta.
Desde aquí ya vamos viendo muchas de las más de 400 iglesias que tiene la ciudad, aunque tenemos que señalar que la que más nos impactó es la Iglesia de San Domenico Maggiore, cuyo interior es bellísimo.

Después de pasear por las calles más animadas de la ciudad, entramos en un restaurante que nos ha recomendado el dueño del hotel, y por supuesto no nos defrauda. Pedimos varias cosas de entrante, y por supuesto la pizza napolitana.

Al salir a la calle, a pesar de ser todavía pronto, vemos que la gente ya se va retirando a sus casas, nosotros todavía paramos a tomar un café y por cansancio decidimos también regresar al hotel para descansar.


DÍA 5: POMPEYA.

Nos levantamos sobre las 8:30 horas y enseguida salimos de la habitación para desayunar.
El dueño es muy amable con nosotros y nos explica un poco lo que vamos a visitar y como podemos ir caminando para no mover el coche y luego tener que pagar el parking allí.

Con el mapa que nos ha pintado en un papel nos dirigimos a la entrada de las ruinas de Pompeya, nos ponemos a la cola para sacar la entrada y con éstas de la mano recogemos un folleto que nos sirve de guía para la visita.

Las ciudades de Pompeya y Herculano sufrieron el 24 de octubre del año 79 la explosión del Vesubio y quedaron sepultadas bajo sus cenizas.
El estado de conservación de la ciudad de Pompeya es bueno, aunque se siguen haciendo rehabilitaciones y excavaciones en toda la zona.

Entramos por la Puerta Marina y desde aquí comenzamos a visitar todos los rincones, templos, detalles, pinturas, mosaicos... que aparecen en la guía.










Alfonso ha traído muchos grupos de turistas a Pompeya, y realizan 3 horas de visita, pero a nosotros el tiempo no nos cunde y pasamos todo el día sin descansar.

Apenas paramos a tomar un refresco con una porción de pizza en el único restaurante que hay y así aprovechar para ir al aseo.






Llegar al lugar donde tienen la recreación de cómo quedó la gente sepultada bajo las cenizas del volcán pone los pelos de punta imaginando el horror que pasaron.






Ya por la tarde, sobre las 14:30 horas nos vamos hacia la parte más alejada de las ruinas, el teatro grande y pequeño, el anfiteatro  y la necropolis.

En esta última parte de nuestro recorrido, podemos ver que las viviendas están en un estado excelente de rehabilitación o menos dañadas.















Entramos por la Porta Nocera, porque queremos ver una urna donde se encuentra un grupo de personas que quería huir por aquí, pero que también quedó sepultada por la cenizas.



Regresamos a la puerta para seguir el paseo del jardín de la necropolis hasta llegar a la misma Porta Marina por la que entramos esta mañana y salir del recinto.


Sin duda ha sido una jornada de 8 horas sin parar, ahora regresamos caminando al hotel para recoger el coche y marchar al que será nuestro último hotel de este viaje, nos vamos a la localidad de Bitonto.

El camino lo hacemos de noche, pero llegamos a muy buena hora para dejar el equipaje y salir a cenar, dar una vuelta y conocer la ciudad.

Bitonto es conocida como la ciudad de los olivos, por las plantaciones que la rodean, por lo que desde siempre ha estado muy ligada a la producción de aceite.

Nuestro hotel está justo en el centro, muy cerca de la bonita Catedral de la Asunción de María, pero caminar su centro histórico es muy agradable, tiene edificios muy bonitos y lugares de interés como la Galería Nacional de la Puglia o la Torre Scaraggi.






Después de cenar, seguimos caminando hasta que el frío de la noche hace que nos demos la vuelta y regresemos al hotel a descansar.


DÍA 6: BARI- MADRID.

Para ser el último día de vacaciones, nos han dado un desayuno extraordinario, la pena es que no podemos quedarnos mucho más tiempo de sobremesa, tenemos que hacer los últimos kilómetros hasta llegar al aeropuerto de Bari.

Devolvemos el coche de alquiler y nos vamos ha hacer los trámites rutinarios para embarcar.
El vuelo sale a las 10:55 según lo previsto y regresamos a casa con las ganas de ir preparando la siguiente escapada.




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