La escapada de amigas de este año será al país vecino, Marruecos es la escapada perfecta para los cuatro días que vamos a viajar.
Hace unos años elegimos la escapada a la ciudad de Marrakech y nos pilló una ola de calor que apenas nos dejó disfrutar. Esta vez, hemos adelantado el viaje un mes con la esperanza de que no nos pase lo mismo.
El vuelo de Ryanair es muy económico, por lo que nos estiramos un poco y elegimos un buen hotel y céntrico en la ciudad.
ITINERARIO:
DÍA 1.- MADRID- TANGER.
DÍA 2: TANGER- CABO ESPARTEL- ASILAH- TANGER.
DÍA 3: TANGER (LA MEDINA Y SU KASBA).
DÍA 4.- TANGER- MADRID.
FEZ Del 26 al 29 de 2018
Un año más buscamos una escapada de cuatro días para viajar entre amigas y además de descubrir lugares increíbles, pasarlo bien.
Por tercera vez, viajamos a Marruecos, esta vez nos vamos hasta Fez en un vuelo de Ryanair y desde allí haremos una excursión de día completo a las localidades de Volubilis, Mulay Idrís y Mequinez.
El tema de buscar hotel nos costó un poco, ya que los hoteles más nuevos y modernos se encuentran en la zona nueva de la ciudad y los más pequeños y con decoración marroquí los encontrábamos cerca o dentro de la Medina.
Puesto que lo más importante de la ciudad de Fez se encuentra en la visita a la Medina, por fin nos decantamos en reservar hotel dentro de la Medina con acceso a todo lo que queremos visitar.
ITINERARIO:
DÍA 1: MADRID- FEZ (LA MEDINA)
Nuestro vuelo de Ryanair sale a las 14:30 horas del aeropuerto de Madrid y en algo más de hora y media estamos aterrizando en el pequeño y moderno aeropuerto de Fez.
Después de pasar el control de pasaportes, salimos del aeropuerto para buscar un taxi que nos lleve hasta el hotel y comenzar a visitar esta misma tarde la Medina Patrimonio de la Humanidad.
No nos cuesta encontrar taxi ya que en cuanto te ven salir, llueven las ofertas para realizar el servicio, nosotras negociamos el precio con el primero que nos atiende y ponemos rumbo hacia el hotel.
El taxi nos deja en un punto donde el descontrol y el caos se apodera del visitante al no saber que pasa ahí.
Nos bajamos del taxi y comienzan a llegar hombres ofreciendo sus servicios para guiarnos hasta el hotel, desconfiamos de todo, pero al final como no sabemos ni donde estamos ni por qué nos han dejado aquí, optamos por la ayuda y enseñándoles nuestra reserva de hotel emprendemos camino.
Enseguida nos damos cuenta que nos han dejado al inicio de la Medina, aquí ya no circulan vehículos, solo burros, carros... ¡¡ un verdadero mercado medieval !!.
La primera impresión al comenzar a callejear por las estrechas callejuelas es algo confusa, por una parte esperábamos ver mucha gente por ser el centro comercial de la ciudad, pero por otra parte, estamos aturrulladas por el alboroto que encontramos.
En unos cinco minutos llegamos al hotel que se encuentra en una calleja que da muy mala impresión, todo muy sucio y huele fatal. Nos miramo con sorpresa y entre risas nos decidimos a entrar, pero tenemos suerte y el interior del hotel es coqueto, sencillo y limpio.
Nos ofrecen un té a la menta de bienvenida mientras terminan de arreglar las habitaciones y después de un buen rato subimos a ver los aposentos.
Hablamos con el recepcionista para ver si nos busca una excursión para el día siguiente a Volubilis- Moulay Idriss y Meknés.
Nos refrescamos un poco y decidimos salir a ver como afrontamos la visita sin perdernos por la colmena de calles que tenemos alrededor.
Sin dar más de diez pasos seguidos se nos ofrece un chico a guiarnos por la Medina y enseñarnos las zonas más principales, y como no tenemos ni idea de por donde comenzar, negociamos un precio para el servicio y caminando entre muchísima gente le vamos siguiendo poco a poco.
La puerta más importante de la Medina es la Porte Boujloud y por suerte la tenemos tan cerca del hotel que todos los días la cruzaremos varias veces, y es por aquí por donde comenzamos nuestra visita.
Nos dirigimos a la calle Talra Kbira, la calle más principal de la Medina que en estos momentos está abarrotada de gente y es difícil hacerse hueco.
Tenemos que decir que hemos venido a Marruecos en el ramadán, y todo el mundo está en la calle comprando comida y muchos dulces muy melosos para coger fuerza cuando llegue el momento de comer.
Paseamos por calles y plazas y llegamos a un mirador donde vemos parte de la ciudad donde destacan varias mezquitas y minaretes, entre ellos el más bonito de Fez.
Seguimos perdiéndonos por las callejuelas y después de un buen rato llegamos a una de las atracciones que más ganas teníamos de ver, las curtidurías de Fez.
Nos invitan a subir a una terraza para obtener unas bonitas vistas del lugar, y nos dan una ramita de menta para compensar el fuerte olor que desprenden las pieles.
La terraza pertenece a una tienda de piel, por lo que nos quedamos visitando el lugar y finalmente compramos una cartera y un cinturón.
Después de un buen rato volvemos a las calles repletas de gente para visitar una tienda de perfumes y aceites donde también compramos algún regalo.
También entramos en otra tienda donde nos enseñan cómo tejen la seda y hacen pañuelos y trajes típicos.
Ya oscurecido decimos al guía que nos lleve a un restaurante para cenar y nos dirige hacia el Restaurante Sakaya, donde subimos hasta la terraza para degustar alguno de los platos populares.
Estando allí sentados esperando la cena, sonó un cohete y el canto al rezo musulmán, esto hizo que todo el mundo desapareciera de las calles ya que era el momento de comenzar a comer en abundancia después de todo un día de abstinencia.
El camarero y el servicio de cocina nos pidieron perdón pero también se ausentaban a comer antes de servirnos, nosotras lo comprendemos y esperamos haciendo fotos desde la terraza.
Ya después de cenar regresamos hasta la Plaza Boujloud para sentarnos en la terraza de un bar y terminar de ver la final de la Champions que la juega el Real Madrid y el Liverpool.
Después del fútbol nos vamos al hotel a descansar y comienza a llover a cántaros, el señor de recepción nos avisa que mañana a las 10:00 horas nos vienen a buscar para la excursión si nos conviene el precio de 90 euros (no dirham).
Confirmamos la reserva y nos vamos a dormir.
DÍA 2: VOLUBILIS- MOULAY IDRISS Y MEKNÉS.
No nos hace falta ni despertador, ayer nos acostamos pronto y estamos descansados.
Enseguida estamos listas y bajamos a desayunar.
Nos sirven el desayuno (todo muy rico), y sin demorar mucho la sobremesa, nos preparamos y salimos a la calle a ver la Medina a primera hora.
Observamos que no hay apenas comercios abiertos, solo el trasiego de burros transportando la mercancía a los puestos.
A las 10:00 estamos en la recepción del hotel y el chico nos lleva hasta la Plaza Boujloud donde nos está esperando el que será nuestro conductor durante todo el día.
Caminando con él nos vamos hasta una furgoneta nueva y amplia y comenzamos la excursión.
El camino no es que sea largo hasta llegar a Volubilis, pero la velocidad hay que respetarla y tenemos que ir todo el tiempo a 60 km/hora, por lo que se nos hace pesado.
Paramos en un puesto comercial que hay en el camino para estirar las piernas y hacer unas fotos.
Al final compramos unos recuerdos y algo de fruta para ir picando.
Llegamos a Volubilis, sacamos las entradas y nos vamos caminando hasta llegar a las ruinas de la antigua ciudad romana.
La ciudad está situada en una región agrícola, los restos arqueológicos son los más importantes y grandes del país, y son Patrimonio de la Humanidad.
Lo más destacado de la visita es la Casa de Baco, el Arco de Triunfo, el Capitolio, la Basílica y varios mosaicos conservados en perfecto estado.
Al final del recorrido, entramos en un pequeño museo donde se exponen restos.
Nuestra siguiente parada es la cercana ciudad de Moulay Idriss, lugar de peregrinación.
No nos entretenemos mucho porque tenemos hambre y queremos llegar pronto a otra de las grandes ciudades imperiales del país, la ciudad de Mequinez (Meknés).
Cuando llegamos a Meknés lo primero que hacemos en parar a comer, así luego tenemos el resto de la tarde para visitar el centro de la ciudad y algún que otro mercado.
La visita la comenzamos por la bonita Puerta Bab el-Mansour, que comunica la Plaza el-Hedim (que es el centro de la vida pública y cultural de la ciudad) con la antigua Ciudad Imperial de Mulay Ismaíl.
En la zona el tráfico es un caos y la policía nos obliga a regresar rápidamente al coche o se ve obligada a ponernos una multa, por lo que regresamos al coche y entramos a visitar la ciudad y dejar el coche bien aparcado.
Entramos en un zoco a visitar tiendas de recuerdos y donde nos hacen demostraciones de cómo realizan la artesanía local.
Caminando llegamos a Heri es-souani, los establos reales de Mulay Ismaíl, donde nos explican que hay capacidad para 12.000 caballos.
La visita nos lleva poco tiempo ya que está completamente vacío el grandioso edificio.
Finalmente vamos recorriendo la muralla y llegamos a un lago donde la gente está sentada pasando el rato, recordamos que están en el ramadán y bajan el ritmo de trabajo para aguantar en ayunas.
Sobre las 16:30 horas abandonamos la ciudad y emprendemos el regreso a Fez.
A las 18:30 horas hemos quedado con el chico que nos enseñó ayer la Medina para que nos lleve a la parte de la ciudad nueva y el Palacio del Rey.
A la hora acordada estaba en nuestro hotel para llevarnos hasta un taxi y enseñarnos lo que le hemos pedido, pero nos advierte que hoy por ser domingo todo lo encontraremos cerrado, ya que es el día de descanso en esa zona de la ciudad.
Sabiendo esto, decidimos ir hasta el Palacio del Rey, hacer unas cuantas fotos y hacer una panorámica de la ciudad nueva sin bajar del taxi, así el día que lo visitemos ya tenemos una ligera idea.
A la hora de cenar estamos de vuelta en la Medina buscando un restaurante, aunque lo hacemos sin prisa, ya sabemos que primero tienen que comer los locales que llevan esperando hacerlo desde la tarde del día anterior.
Finalmente entramos en un restaurante con terraza y hasta allí subimos para hacer una visita desde lo alto mientras nos sirven.
Después de cenar vamos caminando por las callejuelas ya casi vacías hasta el hotel, y esta parte de la Medina nos parece mucho más bonita que la que visitamos la tarde anterior.
DÍA 3: FEZ (BARRIO JUDÍO Y CIUDAD NUEVA)
No madrugamos mucho, bajamos a desayunar y terminamos de planificar las visitas de la mañana.
Sobre las 10:00 salimos del hotel a buscar un taxi que nos acerque a la Sinagoga y el Barrio Judío.
Esto está situado al lado del Palacio Real, y como siempre, lo mejor es comenzar a callejear y perderse en los zocos.
La primera visita es para la Sinagoga, que a decir verdad, no nos llama nada la atención, está bastante pobre en decoración.
Luego nos vamos al zoco a comprar y ver el ritmo frenético de los locales intentando vender de todo tipo de objetos y alimentos.
También nos acercamos hasta una muralla custodiada por policía, donde apenas nos dejan hacer una foto.
Ya cansadas de caminar decidimos buscar un taxi para que nos acerque a la zona nueva de la ciudad y poder sentarnos a tomar algo.
Es una faena haber venido a Marruecos en el ramadán, ya que no nos sirven bebida ni comida en prácticamente ningún sitio.
Finalmente el taxi nos acerca a un restaurante judío que dice que estará abierto ya que ellos no practican la religión musulmana.
No queríamos comer todavía, pero por si encontramos cerrado todo, decidimos ver la carta y finalmente nos sentamos a comer.
Como estamos un poco cansadas, nos tomamos la comida y la sobremesa con tranquilidad, ya sólo nos queda deambular por las avenidas amplias y modernas de la zona.
Esta parte de Fez es totalmente diferente a donde nosotras nos hospedamos, aquí la gente vive de una forma mucho más europea, pero claro, eso nos llama mucho menos la atención.
Como ya tenemos visitado todo lo que queríamos ver, decidimos emprender el regreso a la Medina caminando, así entramos en alguno de los grandes centros comerciales y nos sentamos a tomar un café que nos sienta de maravilla.
Finalmente llegamos al laberinto de callejuelas y poco a poco nos vamos despidiendo de la visita nocturna.
DÍA 4: FEZ- MADRID.
Nuestro último día en Marruecos lo vamos a dedicar una vez más a pasear por las callejuelas de la Medina, queremos llevarnos como recuerdo el ajetreo diario de esta gente y su forma de ganarse la vida ...
A las 11:00 de la mañana regresamos al hotel a por nuestras maletas y nos vamos caminando hasta la parada de taxi para negociar el precio para llevarnos al aeropuerto.
Os informamos que los taxis de color rojo no llegan hasta el aeropuerto, sólo los taxis más grandes que normalmente son una especie de furgonetas.
Como en la parada de taxis de la Medina solo hay taxis rojos, nos llevan hasta la estación de trenes y allí ya si que podemos coger el taxi que nos lleva hasta el aeropuerto.
Ya en el aeropuerto aprovechamos a comer y gastar los últimos dirham que nos quedan.
El avión sale con un poco de retraso, pero una vez despegamos el vuelo se desarrolla con normalidad y llegamos a Madrid a las 18:30 según lo previsto.
No nos cuesta encontrar taxi ya que en cuanto te ven salir, llueven las ofertas para realizar el servicio, nosotras negociamos el precio con el primero que nos atiende y ponemos rumbo hacia el hotel.
El taxi nos deja en un punto donde el descontrol y el caos se apodera del visitante al no saber que pasa ahí.
Nos bajamos del taxi y comienzan a llegar hombres ofreciendo sus servicios para guiarnos hasta el hotel, desconfiamos de todo, pero al final como no sabemos ni donde estamos ni por qué nos han dejado aquí, optamos por la ayuda y enseñándoles nuestra reserva de hotel emprendemos camino.
Enseguida nos damos cuenta que nos han dejado al inicio de la Medina, aquí ya no circulan vehículos, solo burros, carros... ¡¡ un verdadero mercado medieval !!.
La primera impresión al comenzar a callejear por las estrechas callejuelas es algo confusa, por una parte esperábamos ver mucha gente por ser el centro comercial de la ciudad, pero por otra parte, estamos aturrulladas por el alboroto que encontramos.
En unos cinco minutos llegamos al hotel que se encuentra en una calleja que da muy mala impresión, todo muy sucio y huele fatal. Nos miramo con sorpresa y entre risas nos decidimos a entrar, pero tenemos suerte y el interior del hotel es coqueto, sencillo y limpio.
Nos ofrecen un té a la menta de bienvenida mientras terminan de arreglar las habitaciones y después de un buen rato subimos a ver los aposentos.
Hablamos con el recepcionista para ver si nos busca una excursión para el día siguiente a Volubilis- Moulay Idriss y Meknés.
Nos refrescamos un poco y decidimos salir a ver como afrontamos la visita sin perdernos por la colmena de calles que tenemos alrededor.
Sin dar más de diez pasos seguidos se nos ofrece un chico a guiarnos por la Medina y enseñarnos las zonas más principales, y como no tenemos ni idea de por donde comenzar, negociamos un precio para el servicio y caminando entre muchísima gente le vamos siguiendo poco a poco.
La puerta más importante de la Medina es la Porte Boujloud y por suerte la tenemos tan cerca del hotel que todos los días la cruzaremos varias veces, y es por aquí por donde comenzamos nuestra visita.
Nos dirigimos a la calle Talra Kbira, la calle más principal de la Medina que en estos momentos está abarrotada de gente y es difícil hacerse hueco.
Tenemos que decir que hemos venido a Marruecos en el ramadán, y todo el mundo está en la calle comprando comida y muchos dulces muy melosos para coger fuerza cuando llegue el momento de comer.
Paseamos por calles y plazas y llegamos a un mirador donde vemos parte de la ciudad donde destacan varias mezquitas y minaretes, entre ellos el más bonito de Fez.
Seguimos perdiéndonos por las callejuelas y después de un buen rato llegamos a una de las atracciones que más ganas teníamos de ver, las curtidurías de Fez.
Nos invitan a subir a una terraza para obtener unas bonitas vistas del lugar, y nos dan una ramita de menta para compensar el fuerte olor que desprenden las pieles.
La terraza pertenece a una tienda de piel, por lo que nos quedamos visitando el lugar y finalmente compramos una cartera y un cinturón.
Después de un buen rato volvemos a las calles repletas de gente para visitar una tienda de perfumes y aceites donde también compramos algún regalo.
También entramos en otra tienda donde nos enseñan cómo tejen la seda y hacen pañuelos y trajes típicos.
Ya oscurecido decimos al guía que nos lleve a un restaurante para cenar y nos dirige hacia el Restaurante Sakaya, donde subimos hasta la terraza para degustar alguno de los platos populares.
Estando allí sentados esperando la cena, sonó un cohete y el canto al rezo musulmán, esto hizo que todo el mundo desapareciera de las calles ya que era el momento de comenzar a comer en abundancia después de todo un día de abstinencia.
El camarero y el servicio de cocina nos pidieron perdón pero también se ausentaban a comer antes de servirnos, nosotras lo comprendemos y esperamos haciendo fotos desde la terraza.
Ya después de cenar regresamos hasta la Plaza Boujloud para sentarnos en la terraza de un bar y terminar de ver la final de la Champions que la juega el Real Madrid y el Liverpool.
Después del fútbol nos vamos al hotel a descansar y comienza a llover a cántaros, el señor de recepción nos avisa que mañana a las 10:00 horas nos vienen a buscar para la excursión si nos conviene el precio de 90 euros (no dirham).
Confirmamos la reserva y nos vamos a dormir.
DÍA 2: VOLUBILIS- MOULAY IDRISS Y MEKNÉS.
No nos hace falta ni despertador, ayer nos acostamos pronto y estamos descansados.
Enseguida estamos listas y bajamos a desayunar.
Nos sirven el desayuno (todo muy rico), y sin demorar mucho la sobremesa, nos preparamos y salimos a la calle a ver la Medina a primera hora.
Observamos que no hay apenas comercios abiertos, solo el trasiego de burros transportando la mercancía a los puestos.
A las 10:00 estamos en la recepción del hotel y el chico nos lleva hasta la Plaza Boujloud donde nos está esperando el que será nuestro conductor durante todo el día.
Caminando con él nos vamos hasta una furgoneta nueva y amplia y comenzamos la excursión.
El camino no es que sea largo hasta llegar a Volubilis, pero la velocidad hay que respetarla y tenemos que ir todo el tiempo a 60 km/hora, por lo que se nos hace pesado.
Paramos en un puesto comercial que hay en el camino para estirar las piernas y hacer unas fotos.
Al final compramos unos recuerdos y algo de fruta para ir picando.
Llegamos a Volubilis, sacamos las entradas y nos vamos caminando hasta llegar a las ruinas de la antigua ciudad romana.
La ciudad está situada en una región agrícola, los restos arqueológicos son los más importantes y grandes del país, y son Patrimonio de la Humanidad.
Lo más destacado de la visita es la Casa de Baco, el Arco de Triunfo, el Capitolio, la Basílica y varios mosaicos conservados en perfecto estado.
Al final del recorrido, entramos en un pequeño museo donde se exponen restos.
Nuestra siguiente parada es la cercana ciudad de Moulay Idriss, lugar de peregrinación.
No nos entretenemos mucho porque tenemos hambre y queremos llegar pronto a otra de las grandes ciudades imperiales del país, la ciudad de Mequinez (Meknés).
Cuando llegamos a Meknés lo primero que hacemos en parar a comer, así luego tenemos el resto de la tarde para visitar el centro de la ciudad y algún que otro mercado.
La visita la comenzamos por la bonita Puerta Bab el-Mansour, que comunica la Plaza el-Hedim (que es el centro de la vida pública y cultural de la ciudad) con la antigua Ciudad Imperial de Mulay Ismaíl.
En la zona el tráfico es un caos y la policía nos obliga a regresar rápidamente al coche o se ve obligada a ponernos una multa, por lo que regresamos al coche y entramos a visitar la ciudad y dejar el coche bien aparcado.
Entramos en un zoco a visitar tiendas de recuerdos y donde nos hacen demostraciones de cómo realizan la artesanía local.
Caminando llegamos a Heri es-souani, los establos reales de Mulay Ismaíl, donde nos explican que hay capacidad para 12.000 caballos.
La visita nos lleva poco tiempo ya que está completamente vacío el grandioso edificio.
Finalmente vamos recorriendo la muralla y llegamos a un lago donde la gente está sentada pasando el rato, recordamos que están en el ramadán y bajan el ritmo de trabajo para aguantar en ayunas.
Sobre las 16:30 horas abandonamos la ciudad y emprendemos el regreso a Fez.
A las 18:30 horas hemos quedado con el chico que nos enseñó ayer la Medina para que nos lleve a la parte de la ciudad nueva y el Palacio del Rey.
A la hora acordada estaba en nuestro hotel para llevarnos hasta un taxi y enseñarnos lo que le hemos pedido, pero nos advierte que hoy por ser domingo todo lo encontraremos cerrado, ya que es el día de descanso en esa zona de la ciudad.
Sabiendo esto, decidimos ir hasta el Palacio del Rey, hacer unas cuantas fotos y hacer una panorámica de la ciudad nueva sin bajar del taxi, así el día que lo visitemos ya tenemos una ligera idea.
A la hora de cenar estamos de vuelta en la Medina buscando un restaurante, aunque lo hacemos sin prisa, ya sabemos que primero tienen que comer los locales que llevan esperando hacerlo desde la tarde del día anterior.
Finalmente entramos en un restaurante con terraza y hasta allí subimos para hacer una visita desde lo alto mientras nos sirven.
Después de cenar vamos caminando por las callejuelas ya casi vacías hasta el hotel, y esta parte de la Medina nos parece mucho más bonita que la que visitamos la tarde anterior.
DÍA 3: FEZ (BARRIO JUDÍO Y CIUDAD NUEVA)
No madrugamos mucho, bajamos a desayunar y terminamos de planificar las visitas de la mañana.
Sobre las 10:00 salimos del hotel a buscar un taxi que nos acerque a la Sinagoga y el Barrio Judío.
Esto está situado al lado del Palacio Real, y como siempre, lo mejor es comenzar a callejear y perderse en los zocos.
La primera visita es para la Sinagoga, que a decir verdad, no nos llama nada la atención, está bastante pobre en decoración.
Luego nos vamos al zoco a comprar y ver el ritmo frenético de los locales intentando vender de todo tipo de objetos y alimentos.
También nos acercamos hasta una muralla custodiada por policía, donde apenas nos dejan hacer una foto.
Ya cansadas de caminar decidimos buscar un taxi para que nos acerque a la zona nueva de la ciudad y poder sentarnos a tomar algo.
Es una faena haber venido a Marruecos en el ramadán, ya que no nos sirven bebida ni comida en prácticamente ningún sitio.
Finalmente el taxi nos acerca a un restaurante judío que dice que estará abierto ya que ellos no practican la religión musulmana.
No queríamos comer todavía, pero por si encontramos cerrado todo, decidimos ver la carta y finalmente nos sentamos a comer.
Como estamos un poco cansadas, nos tomamos la comida y la sobremesa con tranquilidad, ya sólo nos queda deambular por las avenidas amplias y modernas de la zona.
Esta parte de Fez es totalmente diferente a donde nosotras nos hospedamos, aquí la gente vive de una forma mucho más europea, pero claro, eso nos llama mucho menos la atención.
Como ya tenemos visitado todo lo que queríamos ver, decidimos emprender el regreso a la Medina caminando, así entramos en alguno de los grandes centros comerciales y nos sentamos a tomar un café que nos sienta de maravilla.
Finalmente llegamos al laberinto de callejuelas y poco a poco nos vamos despidiendo de la visita nocturna.
DÍA 4: FEZ- MADRID.
Nuestro último día en Marruecos lo vamos a dedicar una vez más a pasear por las callejuelas de la Medina, queremos llevarnos como recuerdo el ajetreo diario de esta gente y su forma de ganarse la vida ...
A las 11:00 de la mañana regresamos al hotel a por nuestras maletas y nos vamos caminando hasta la parada de taxi para negociar el precio para llevarnos al aeropuerto.
Os informamos que los taxis de color rojo no llegan hasta el aeropuerto, sólo los taxis más grandes que normalmente son una especie de furgonetas.
Como en la parada de taxis de la Medina solo hay taxis rojos, nos llevan hasta la estación de trenes y allí ya si que podemos coger el taxi que nos lleva hasta el aeropuerto.
Ya en el aeropuerto aprovechamos a comer y gastar los últimos dirham que nos quedan.
El avión sale con un poco de retraso, pero una vez despegamos el vuelo se desarrolla con normalidad y llegamos a Madrid a las 18:30 según lo previsto.
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