DÍA 5: PEKÍN.- LA GRAN MURALLA CHINA (TRAMO BADALING)

Madrugamos más que otros días porque hoy a las 7:00 horas pasan por nuestro hotel a recogernos para hacer la excursión a la Gran Muralla China ò Changcheng, visita obligada a todo el que viene a China, es una larga fortaleza con más de 2000 años de historia y uno de los mayores tesoros de la humanidad, y el símbolo más representativo del país.

Nos hace mucha ilusión poder visitar esta obra grandiosa que se comienza a construir en el siglo V a.C en época de la Dinastía Qin y concluida en el siglo XVI durante la dinastía Ming que reforzó su estructura y dió el aspecto que hoy en día podemos ver en algunos de sus tramos.
Su longitud es de casi 9000 km desde el punto fronterizo con Korea hasta el desierto de Gobi.

Antes de describir los posibles tramos a visitar desde Pekín, pasamos a contaros en que consistía la excursión que contratamos el día anterior desde nuestro hotel ante la imposibilidad de poderlo hacer por nuestra cuenta.

Fuimos los últimos turistas a los que pasó a buscar hotel por hotel un destartalado mini bus y poco a poco entre explicaciones de la guía, nos vamos alejando de la capital china.
Pensábamos que íbamos directos a Badaling para disfrutar de una jornada de trekking por este tramo de muralla, pero nuestra primera parada fue para visitar las Tumbas Ming (Beijin Dingling Tombs) es el único palacio desenterrado de las trece tumbas imperiales de la Dinastía Ming, situadas en el Underground Palace y alejadas de las masas turísticas.







A la hora que llegamos, éramos los únicos turistas en ese paraje frío y montañoso , y siguiendo a nuestra guía nos fuimos adentrando por un bonito y cuidado jardín hasta llegar a la entrada de un sobrio palacio, comenzamos a descender por una escalera y después de varios túneles llegamos a la primera de las cinco salas flanqueadas por un arco de jade.


En el salón central encontramos tres tronos de mármol blanco, y delante cinco Ofrendas esmaltadas  con incienso, velas y flores, y una vasija de porcelana azul que contenía aceite de bálsamo.


Finalmente llegamos a la sala trasera donde se encuentran los ataúdes de color rojo del emperador Zhu Yijun y sus dos emperatrices, nos llama la atención la sencillez del lugar donde reposan los restos ...



Terminada la visita del palacio nos dirigimos a un edificio museo donde se encuentran las numerosas piezas encontradas en las excavaciones, incluyendo la corona imperial de oro, perlas brillantes y cerámicas vidriadas tricolores.



La visita dura aproximadamente una hora y ponemos rumbo a la primera parada de shopping, una enorme exposición de joyas fabricadas en jade (mineral de color verde o blanquecino), y como no íbamos dispuestos a gastarnos un dineral en pulseras o collares, aprovechamos la visita para tomarnos un rico café y hacer tiempo hasta las 11:30, hora en la que nos dirigen a un gran salón donde nos sirven una variada comida china.


Hacemos una breve sobremesa que aprovechamos para conocernos  la gente del grupo y enseguida volvemos al bus para finalmente dirigirnos a la Gran Muralla. Después de entregarnos a cada uno nuestra entrada, nos dan casi tres horas de tiempo libre para disfrutar del trekking.




Ahora os contamos los tramos que se pueden visitar desde Pekín con fácil acceso en transporte público o privado.

- BADALING: Es la zona más visitada pero justo por eso, pierde parte del encanto, es el tramo que nosotros hemos visitado y ponemos fe de que hay oleadas de turistas.

Es el sector de muralla construido durante la dinastía Ming en torno al año 1505. Tiene dos secciones de fortificación, la Este y la Oeste.


Discurre por una zona montañosa de entre 700 y 1000 metros de altura, sus muros tienen una altura de unos 7 metros y en alguna zona llega a tener de ancho 5 metros para que los soldados pudieran transitar  a caballo por ella.



Para su visita existen varias opciones, la más recomendable es subir en teleférico  (que llega hasta el punto más alto, la torre 8) y bajar caminando. En nuestro caso, al ser una excursión con límite de tiempo, tuvimos que subir y bajar por teleférico, una pena, porque el tiempo se pasa volando y se nos ha quedado corto.





Este tramo está en perfecto estado de reconstrucción, y aunque muy costoso para llegar a las torres de defensa, es  fácil caminar para llegar a todas partes, ha sido una lástima no haber podido bajar andando ...





- MUTIANYU: Este tramo de muralla es también muy visitado y según nuestra información tiene vistas inmejorables. 
Cuenta con un teleférico, un telesilla y un tobogán para deslizarse montaña abajo cuando se termina la visita.

- SIMATAI Y JINSHANLIN: Este tramo de 10 km entre ambos puntos, es mucho más auténtico que los anteriores, pero hay que tener en cuenta que hay tramos muy empinados y otros tramos están desmoronados, por lo que no es apto para todos los públicos.


- JIANKOU: Es el tramo más espectacular y apenas tiene turistas.



A la hora pactada regresamos al telesilla y al punto de partida de esta bonita experiencia, os aseguramos que hubiéramos necesitado mucho más tiempo para hartarnos de hacer fotos y caminar por este lugar histórico ...

El guía nos espera abajo para dirigirnos al grupo hacia el mini bus y emprendemos el regreso a Pekín.

Pensábamos que ya no haríamos más paradas que las del reparto por los hoteles, pero nuestra sorpresa fue cuándo nos llevan a visitar una tienda de té y dónde nos dan a degustar muchas clases de esta bebida.


Al finalizar la explicación de toda clase de té, nos decantamos por la compra del que más nos había gustado, un té de jazmín y ahora ya si que hacemos el último tramo hasta llegar a Pekin.


Entramos a la ciudad por una zona donde las viviendas son muy nuevas y donde llegamos a ver la zona olímpica, donde se desarrollaron los Juegos Olímpicos de 2008.

Decidirnos bajarnos del bus un poco antes de llegar a nuestro hotel para ir caminando hacia una zona que tenemos marcada en nuestro plano, el Lotus Market, situado en  el bonito Lago Qianhai donde el juego de luces y el gran ambiente de la zona hace que pasemos una tarde preciosa.



El frío vuelve a ser intenso en cuanto anochece, pero las vistas nos encantan y nos vamos rodeando el lago.
Finalmente llegamos a una bonita puerta china que indica la entrada al Lotus Market, a estas horas las tiendas ya han cerrado.



Seguimos caminando y llegamos a la otra orilla del lago donde hay pubs y restaurantes con música en directo.

Sin darnos cuenta nos encontramos en la zona más animada, donde las tiendas y la gente no parece pararse, aquí podemos comprar casi todo tipo de artículos de regalo, y no nos resistimos a comprar unas sabrosas brochetas de manzanas dulces y así hacer tiempo hasta la hora de cenar.


Estamos muy cerca de otro de los atractivos turísticos de la ciudad, la Torre del Tambor y la Torre de la Campana, situados en el mismo recinto, y aunque sabemos que están cerradas a esta hora, nos vamos hacia allá para  familiarizárnos con la zona y poder visitarlo mañana por la tarde.

Recorremos los escasos metros que nos separan de la Torre del Tambor pero nos la encontramos sin iluminación y nos pareció algo con poca importancia para seguir haciendo fotos con el frío que ya vamos sintiendo.

Caminamos hasta la parada de metro más cercana (Shichahai) y ponemos rumbo hasta el hotel donde llegamos a tiempo para descansar un poco antes de salir a cenar y poner fin a esta larga jornada turística que no olvidaremos nunca.


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