DÍA 16: YANGSHUO- GUILIN.

Hemos descansado fenomenal, y aunque cuando hemos despertado hemos estado tentados a alquilar una bicicleta y pedalear por la zona visitando los preciosos paisajes, finalmente hemos decidido ir pronto a Guilin y conocer la ciudad.

Hoy no tenemos desayuno en el hotel, nos preparamos enseguida y salimos a buscar donde tomar algo. El ambiente a primera hora de la mañana no tiene nada que ver con la imagen de colorido y gente por todas partes que dejamos anoche.

Caminando nos dirigimos hasta la estación de autobuses del sur y compramos el ticket para el primer bus que salga hacia Guilin. Estas dos ciudades están muy bien comunicadas por bus, por lo que no nos toca esperar ni 10 minutos y nos ponemos en camino.

El viaje dura aproximadamente una hora y caminando nos vamos hasta el hotel, el mismo que teníamos hace dos noches. Las aceras están plagadas de motos aparcadas y a veces no sabemos ni por donde pasar ...



El hotel tiene unas consignas cerradas con llave donde habíamos dejado parte del equipaje para ir más descuidados al crucero. Recogemos nuestras pertenencias y nos vamos hacia la habitación.

Como hoy es nuestro último día en China y mañana cruzaremos la frontera para ir a Hong Kong, dedicamos un rato a organizar la documentación. Por alguna razón que no sabemos, nos falta el billete de tren de Beatriz y por más que lo buscamos no lo encontramos, ahora nos alegramos mucho de haber llegado a Guilin temprano.
Salimos del hotel hacia la parada del autobús urbano que nos deja en la puerta de la Estación Guilin Bei, y en la primera ventanilla que se queda vacía intentamos explicar lo que nos ha sucedido, que habíamos comprado por internet los billetes y hemos perdido uno de los billetes que habíamos obtenido en la estación de Pekin días atrás. Después de un rato de incertidumbre donde la operaria revisa y comprueba nuestros datos, nos dice que tenemos que comprar otro billete y nos adjudican el mismo asiento ya que será un duplicado del extraviado. También nos informa que cuando lleguemos al destino nos vayamos hacia una ventanilla y enseñemos el billete, que allí nos devolverán el importe que hoy desembolsamos.


Mucho más tranquilos y con el billete en nuestro bolso nos vamos al bus para llegar al Lago Shan. Allí buscamos un restaurante para comer antes de ir a ver el gran atractivo de la ciudad, las bonitas Pagodas del Sol y la Luna.
Ha sido la comida que menos nos ha gustado en todo el viaje, no nos hemos entendido bien con los camareros y el resultado ha sido desastroso.

Para hacernos una idea sobre Guilin, os diremos que además de estar rodeada de grandes montículos rocosos, también tiene dos ríos y cuatro lagos. Justo en el centro de la ciudad se encuentran dos de los más famosos lagos, el Rong Hu y el Shan Hu rodeados de bonitos parques.




Mucho más relajados dedicamos el resto de la tarde a pasear por los bonitos jardines que rodean el Lago Shan y a fotografiar las bonitas Pagodas.
De imagen muy parecida, se diferencian por su tamaño y color, una es de color dorado, representando el Sol y la otra es plateada representando la Luna.





Poco a poco cae la tarde y las dos pagodas se iluminan, cada una de un color, color amarillo para la Pagoda del Sol y color blanco para la Pagoda de la Luna.


Grupos de chinos se agolpan para fotografiarse con las pagodas iluminadas.
Seguimos caminando por la zona donde el ambiente es agradable por la bonita iluminación y llegamos al otro bonito lago, el Rong, donde puentes, barcos, restaurantes, música de fondo que sale de los arboles y gente bailando,  crean un ambiente agradable.




De camino al hotel encontramos un restaurante y aprovechamos para cenar.  Cansamos del ajetreado día nos retirarnos temprano a descansar.

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