DÍA 1: MALTA.- LA VALETTA Y LAS TRES CIUDADES

Toca el despertador y desorientados nos ponemos en pie, son las 3:00 horas y hay que prepararse para poner rumbo al aeropuerto de Madrid.
Hay amenaza de mal tiempo porque se acerca la borrasca Gloria, por lo que es mejor ir con tiempo por si encontramos problemas en la carretera.

Llegamos al aeropuerto con tiempo suficiente y sin ningún problema meteorológico.
A las 6:30 horas el vuelo de Ryanair despega y antes de que las azafatas comiencen a ofrecer el desayuno ya estamos dormidos.
El vuelo dura un poco más de dos horas y media y aterrizamos en el Aeropuerto Internacional de Malta a las 9:10 horas.

El coche que hemos alquilado lo tenemos que recoger a las 10:00, por lo que nos vamos a una cafetería a desayunar y mientras se hace la hora.

Con el coche ya en nuestro poder y después de acomodarnos (os recordamos que se conduce por el lado izquierdo), ponemos dirección a la capital del país, la ciudad de La Valetta.

Nos sorprende que a pesar del denso tráfico que encontramos, en poco más de 10 minutos llegamos al destino.


Sin acercarnos a la muralla que protege la ciudad encontramos la Plaza y la Iglesia de San Publio (San Publju), con aparcamiento gratuito, y desde aquí comenzamos la visita.


Pasamos por el Monumento a los Caídos en la Guerra.


Nos llama la atención lo bien conservada que está la muralla y una vez dentro lo primero que hacemos es dirigirnos hacia Upper Barrakka Gardens, un jardín público ubicado en el nivel superior del Bastión de San Pedro y San Pablo, desde donde se obtienen las mejores vistas del Puerto y de las Tres Ciudades.


Hacemos esta primera visita a Upper Barrakka Gardens porque a las 12:00 horas se ofrece un espectáculo desde el nivel inferior donde se encuentra la Saluting Battery, donde una fila de cañones  disparan fuego.



Tenemos la oportunidad de poder gravar el espectáculo a pesar de la gran aglomeración de gente que acude a verlo.



El tiempo acompaña y las terrazas están llenas de gente tomando algo, y aunque tenemos la tentación de hacer una parada, finalmente seguimos con la visita de la ciudad.
En la cercana Castille Place encontramos el gran edificio histórico del Albergue de Kastilja, construido para hospedar a los caballeros de la Orden de San Juan de Lengua de Castilla, León y Portugal. Actualmente alberga la oficina del Primer Ministro de Malta.



Desde aquí también podemos ver el edificio el Banco Central de Malta o el moderno edificio del Parlamento.




Bajando unas escaleras llegamos a los restos romanos de la Royal Opera House y dos iglesias, una en frente de la otra, se trata de la capilla de Nuestra Señora de la Victoria y la iglesia de Santa Catalina de Alejandría.




Desde aquí nos dirigimos a una de las calles principales de la ciudad, la Triq Il-Merkanti donde está la oficina de Información y Turismo, entramos y pedimos un plano de la ciudad, que aunque muy pequeño y simple nos sirve para orientarnos mejor.
La calle Merkanti está muy transitada y con terrazas llenas de gente comiendo.



Nos desviamos en el primer cruce que vemos para llegar a ver la fachada de la Concatedral de San Juan, pasaría desapercibida por su sencillez, pero sabemos que dentro de sus muros guarda grandes tesoros que veremos el último día de viaje ya que hoy es sábado y cierra sus puertas a las 12:30.


Ahora caminamos por la calle más transitada y comercial la Triq Ir-Rqpubblika. Además de bullicio nos llama mucho la atención sus bonitos balcones, luego los veríamos por el resto de la ciudad.


Es la hora de comer y el estómago nos reclama un descanso, encontramos un pequeño restaurante y entramos a degustar platos típicos del país, que tienen mucha influencia italiana.


Ahora caminamos por las calles aledañas a  Repubblika y Merkanti, son estrechas pero con mucho encanto, llenas de detalles en cada fachada y muchas iglesias por todas partes.






La ciudad es muy pequeña y todo está muy cerca, quizá por eso la visita se hace tan agradable.

Después de caminar por todos los puntos importantes del plano, nos dirigimos hacia el Palacio del Gran Maestre que en la actualidad alberga la Presidencia de la República de Malta. Se puede visitar su interior, pero nosotros no lo hicimos.




Muy cerca encontramos la Catedral de San Pablo, que se ve desde lejos, pero es muy difícil dar con ella cuando estás cerca, ya que está entre casas. Tenemos que bajar hasta la orilla del mar para poder contemplarla bien.



Frente a una de las fachadas de la catedral se encuentra el albergue de los Caballeros de Aragón.

Finalmente nos dirigimos hasta el Fuerte de San Elmo, escenario del gran asedio que sufrió Malta en 1565 por el Imperio Otomano.



 La historia surgió así, los turcos, para poner a prueba la débil defensa de las Islas, atacaron Malta en 1547 y 1551, siendo éste último ataque el más funesto, devastando la Campiña Maltesa. Luego llegaron a Gozo y esclavizaron a toda la población.
Tras los ataques, los Caballeros comenzaron a mejorar la defensa para reaccionar mejor ante nuevos ataques.

Los Turcos Otomanos, en Mayo de 1565 junto con sus aliados, se dirigieron hacia las Islas con la intención de invadirlas y penetrar en el sur de Europa a través de Sicilia. Contra ellos se alzaron un número muy inferior de malteses, caballeros y mercenarios españoles e italianos. Los turcos atacaron durante 31 días el fuerte de San Telmo hasta que sucumbió ante los continuos bombardeos turcos. Intentaron lo mismo con las dos ciudades del otro lado del puerto, débilmente fortificadas (Birgu y Sénglea).
Las bombardearon pero resistieron contra todo pronóstico manteniendo alejado al enemigo hasta que recibieron ayuda de Sicilia y obligaron a los turcos a abandonar la Isla y así los malteses salvaron su vida.

Este acto heroico en el que los malteses, siendo muy inferiores en número, derrotaron a los turcos es motivo de orgullo nacional.

Por lo que llegamos a ver desde fuera, la fortaleza está muy descuidada o casi abandonada.


Nos acercamos hasta los Lower Barraka Garden donde la Gran Campana conmemorara el asedio a  Malta que os hemos contado.

 


Seguimos caminando hasta encontrar la Puerta Victoria, salimos de la muralla hasta llegar al ascensor donde pagando 1 euro puedes subir a los jardines superiores (Upper Barrakka Gardens) donde comenzamos esta mañana el recorrido.




Mucho más orientados con lo que vemos ahora desde el bonito mirador, dejamos La Valeta para dirigirnos hacia las 3 ciudades.

Las tres ciudades, Cospicua, Senglea y Vittoriosa, situadas frente a la Valeta y separadas de ésta por una lengua de mar, son muy pequeñas y de fácil visita.

Llegamos en coche hasta Senglea, también conocida como L-Isla, dejamos el coche justo al lado de la muralla. La mejor manera de visitar Senglea es recorrer su calle principal, Settembru hasta llegar al Fuerte de San Miguel desde donde se obtienen la mejores vistas.



Caminando por la calle Settembru llegamos a la Basílica de Nuestra Señora de las Victorias.


Comienza a anochecer, pero regresamos al coche para hacer el camino hasta Cospicua, también conocida como Bormla. Es la más grande de las tres ciudades, caminando por sus estrechas y empinadas calles encontramos bonitos rincones y grandes bastiones, obra de los Caballeros de Malta, pero sin dudarlo lo que más nos ha gustado es la Iglesia de la Inmaculada Concepción.




Finalmente llegamos a Vittoriosa, también conocida como Birgu. La mejor forma de visitarla es a través de la calle Triqu It Tarzna que bordea el mar hasta llegar a la bahía.

Pasamos por la bonita puerta de piedra y estamos en el Grand Harbour, grandes barcos y bonitos veleros hacen que el camino  hasta el Forti Sant' Anglu y el Palacio del Inquisidor, sea agradable y aunque comenzamos a sentir frío y bastante cansados, nos acercamos hasta el Forti Rikazoli, escenario de películas como Troya o Gladiador.

La verdad es que esta pequeña ciudad nos ha gustado mucho y como es de noche decidimos regresar el último día para poder visitarlo con más detalle y llevarnos bonitas fotos.

Llegamos al hotel sobre las 19:00 horas y después de hacer el checking descansamos un rato en la habitación y para finalizar el día bajamos al restaurante del hotel a cenar y sin demorar mucho la sobremesa nos retiramos a descansar.


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