DÍA 2: MALTA.- LA COSTA OESTE.

Domingo de enero y con un tiempo excelente !!!
Desayunamos en el restaurante del hotel y sin perder tiempo estamos sentados en el coche introduciendo la dirección de nuestra primera visita del día en el GPS.

Hoy vamos a visitar la costa oeste de la Isla, la ruta de sur a norte nos irá descubriendo paisajes, acantilados y los templos megalíticos de Ħaġar Qim.

Nos dirigimos hacia la Blue Grotto o Gruta Azul, una espectacular cueva abierta al mar que podemos ver desde un mirador que hay en lo alto de un acantilado.


Primera visita y estamos encantados con las vistas, hacemos unos metros más en coche y lo dejamos en el aparcamiento de una cafetería para caminar un poco y ver la panorámica de la costa desde la parte del acantilado.




Hay posibilidad de contratar una excursión en pequeñas barcas que hacen un  trayecto para acercarse hasta las cuevas que el mar escava en la roca.


Regresamos al coche para hacer los pocos kilómetros que nos separan de los templos megalíticos de Ħaġar Qim uno de los más importantes del país.
La entrada cuesta 10 euros y pagamos 1 euro más por una audio guía para entender la historia y comprender lo que íbamos viendo.


Antes de dirigirnos al Templo, entramos a ver un audiovisual que proyectaban sobre la forma de vida que llevaban los habitantes del poblado, la fauna y flora del lugar a lo largo del tiempo.


Después caminando nos vamos hacia el Templo, que data de hace más de 5500 años y por su buen estado de conservación ha pasado a ser Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El templo está cubierto con una lona para evitar en lo posible las inclemencias del tiempo, principalmente la lluvia.

El Templo está rodeado de una muralla de robustas piedras y tiene una puerta de acceso que da paso a un pasillo con diversas estancias a los lados.




También se ha encontrado un altar con grabados de hojas de palmera, algo que no se ha visto en ningún otro yacimiento, por lo que se cree que no perteneciese al templo y que se colocara aquí posteriormente.



Seguimos un camino empedrado para acercarnos hasta el Templo de Mnajdra (incluida la visita con el mismo ticket), bien conservado y con espacios escondidos que se comunican con el resto del templo a través de agujeros que hay en las paredes.
Se han encontrado figuras de barro simulando hombres enfermos, por lo que se cree que podían practicarse rituales de sanación.

También está rodeado de una muralla pero con dos entradas que dan acceso a dos templos diferentes.



Nos llama mucho la atención algunos elementos arquitectónicos cuya decoración consiste en puntos grabados en la roca.


El enclave donde se encuentran estos templos es idílico, tienen el mar al lado y el fotogénico Islote de Filfla.



Seguimos la ruta del día y llegamos a través de carreteras y caminos super estrechos a los Acantilados de Dringli, auténticos monumentos naturales que se elevan a más de 200 metros del mar.
Las vistas son bonitas, volamos el dron para tener una visión buena de la costa. Aprovechamos para hacer una corta ruta por un camino que termina casi a nivel del mar, pero encontramos demasiados impedimentos de maleza y piedras rodadas y emprendemos el regreso hacia el coche.

  



Impresionantes paisajes costeros a vista de pájaro.





Aconsejamos a todos los que alquilen un vehículo para visitar la isla, que elijan el modelo más pequeño posible. Para llegar a los miradores las carreteras se convierten en caminos y son tan estrechos que vamos rezando para no encontrarnos con nadie de frente !!!

Conducimos hasta un pueblo cercano para buscar dónde comer pero lo único que encontramos abierto es una tienda que vende casi de todo. Compramos agua y unos hojaldres rellenos y ya tenemos el menú de hoy, que aprovechamos a comerlo al aire libre en plena naturaleza, en Fomm ir-Riħ.



Las distancias en la isla son muy cortas pero como circulamos por caminos estrechos tardamos bastante en llegar a los sitios.
Para finalizar el día vamos hasta la Península de Marfa donde queremos ver la puesta de sol. Nos dirigimos hacia el mirador Ras il-Qammieħ, dejamos el coche en un apartadero del camino y los últimos metros los hacemos caminando haciendo tiempo a que vaya cayendo el sol. Al llegar al mirador, volvemos a captar imágenes preciosas con el dron, no sólo de los acantilados, sino también de la isla de Comino y la isla de Gozo, así como del terminal ferry desde donde partiremos en dos días hacia estas islas.





Por fin el sol intenta esconderse y tenemos una preciosa puesta de sol.




Contentos por el día tan bueno del que hemos disfrutado, regresamos a Marsaskala. Decidimos visitar un poco del ambiente de su bahía antes de ir al hotel a cenar.


El hotel tiene un horno donde hacen pizzas y comidas italianas a buen precio, tenemos bastante hambre porque la comida de hoy no ha sido muy boyante y nos venimos arriba pidiendo platos que estaban buenísimos !!!


Después de cenar pensamos salir a dar un paseo por los alrededores pero la pereza se apodera de nosotros y nos retiramos a descansar.

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