DÍA 3: HIPOGEO DE ĦAL SAFLIENI- MDINA- RABAT - MOSTA Y MARSAXLOKK.

Hoy bajamos a desayunar a las 8:45 para salir con tiempo suficiente de llegar a la primera visita del día, el Hipogeo de Ħal Saflieni.
En el mes de Noviembre reservamos las entradas por internet ya que habíamos leído que se agotaban enseguida por haber un número reducido de visitas diarias.

El Hipogeo fue creado entre los años 4100 y 2500 a.C. y sus restos arqueológicos fueron descubiertos en el 1902 por unos obreros que estaban construyendo una casa.


Consta de tres niveles, y fue utilizado principalmente como necrópolis (se han encontrado restos de unas 7000 personas) y como lugar de celebración de ritos de fertilidad.

Llegamos justo cuando salía la gente del turno anterior, enseñamos las reservas y en menos de cinco minutos comienza la visita.

El ticket de entrada incluye una audioguía que nos va explicando la historia y hace que nos fijemos bien en los detalles. La visita sincroniza el avance por las distintas salas con la alocución de la  audioguía y la iluminación. El espectáculo resulta atractivo y misterioso..

En el nivel 2 es donde encontramos la Sala del Oráculo, la más interesante, el techo está decorado y hay un pequeño nicho que amplifica la voz y crea un efecto eco, por eso se cree que es ahí donde los sacerdotes anunciaban sus oráculos.

Está prohibido hacer fotografías por lo que no podemos enseñaros nada de lo que aqui hemos visto, pero aunque la entrada es cara (35 euros/persona) merece la pena la visita.

En una hora estamos saliendo del Hipogeo y antes de abandonar el pueblo, decidimos acercarnos a una oficina de correos que hay cerca de la bonita Iglesia Parroquial de Pola para enviar unas postales a la familia.



Ponemos rumbo hacia el siguiente punto de visita del día, la ciudad de Mdina.
En el Medievo, Mdina era la sede del gobierno municipal y centro administrativo. Durante ésta época un gran número de órdenes religiosas construyeron monasterios fuera de las murallas de Mdina, en Rabat y sus alrededores.
En 1530, cuando llegaron los Caballeros de la Orden decidieron instalarse cerca del puerto y se alejaron de Mdina.
Cuando se construyó La Valeta y se nombró capital de Malta, Mdina pasó a llamarse Ciudad Antigua. Muchos habitantes de Mdina se fueron a vivir a la ciudad nueva, pero otros se quedaron a vivir en los palacios de sus ancestros.

Según nos acercamos a la ciudad ya podemos ver una bonita estampa de sus murallas y altas torres. Mdina se encuentra en una zona más elevada que el resto de la isla.


Dejamos el coche unos metros antes de llegar a la puerta principal. Esta bonita puerta se construyó para sustituir un puente levadizo. Cruzamos el puente que salva el foso y llegamos a la puerta, adornada por dos escudos sujetos por leones. También hay una inscripción en latín y justo debajo hay un gran escudo de la ciudad de Mdina.



La puerta por su lado interior está decorada también con el escudo de Antonio Inguanez , una inscripción conmemorativa y tallas de los patrones de la ciudad: San Pablo, San Publio y Santa Ágata.


Nada más entrar a la ciudad vemos los grandes palacios y sus fachadas, alguno de ellos convertidos en museos.





Caminando vamos encontrando bonitos rincones y agradables plazas hasta llegar a la impresionante Catedral de San Pablo.





En el otro extremo de la ciudad encontramos un bonito mirador desde donde podemos divisar hasta la gran cúpula de Mosta, que más tarde iremos a visitar.




El paseo por Mdina se hace muy ameno porque la ciudad es pequeña y se recorre rápido.

Salimos de la muralla y hacemos el corto recorrido hasta llegar a Rabat.
Los árabes dividieron la ciudad romana de Melita en dos: La ciudadela, que la llamaron Mdina  (la ciudad)y el resto del antiguo asentamiento, al que llamaron Rabat (el barrio). Así es como se llaman hoy también.

Rabat conserva buena parte de la antigua ciudad romana, se puede observar en los mosaicos del suelo del Museo de Antigüedades Romanas.

También tiene mucho que ver con la llegada del cristianismo, ya que se dice que San Pablo, cuando estaba siendo trasladado a Roma bajo arresto, naufragó en Malta, vivió tres meses en una cueva situada bajo las murallas de Mdina, hoy llamada Gruta de San Pablo y aquí sembró la semilla de la comunidad cristiana en la isla.

La gran devoción hacia San Pablo hizo que se construyera una iglesia donde había un cementerio de época medieval, y dado que los entierros estaban prohibidos en la ciudad, el área que circunda el foso hasta los jardines de Buskett, se caracteriza por la presencia de cementerios paganos, judíos y cristianos.

Nosotros vamos en busca de las famosas catacumbas de San Pablo y Santa Ágata, situadas en el barrio de Ħal-Bajjada.



Decidimos entrar en las de San Pablo y después de pagar 4 euros nos vamos a una sala donde se exponen objetos, huesos y esqueletos encontrados en las excavaciones.




Después, nos adentramos en un laberinto de pasillos subterráneos llenos de nichos por todas partes.




Nos entretenemos durante un buen rato, pero terminamos saturados de ver tantas tumbas ... regresamos a por el coche y ponemos rumbo hasta la cercana ciudad de Mosta.

Lo primero que hacemos después de aparcar el coche es buscar un restaurante para comer, pero nos encontramos con un puesto de venta de empanadas y pastizzi de todo tipo, decidimos comprar varios  para comerlos mientras nos acercamos al único atractivo que vemos en la ciudad, su preciosa y monumental Iglesia de Santa María de la Asunción.
Tiene planta circular y una cúpula gigante. En 1942 una bomba atravesó la cúpula y botó en el interior sin explotar, todo un milagro !!!




En su interior se estaba celebrando una misa funeral, por lo que después de pagar la entrada no pudimos visitarla bien, pero os podemos decir que no hay ni una sola columna que la sujete y el espacio interior es impresionante.




Después de la visita entramos en una cafetería que hay justo en frente y planificamos el resto de la tarde.

Decidimos ir hasta la población de Marsaxlokk, un pequeño y pintoresco pueblo de pescadores, donde anclan barcos de colores vivos (Luzzu) y donde cada domingo se hace un mercado de pescado.
Llegamos cuando comenzaba a oscurecer , pero la vista de la bahía nos gustó mucho.


El paseo por la orilla del mar fue muy agradable, pero sentimos mucho que no estuvieran los restaurantes abiertos para poder degustar algún plato de pescado...




La Iglesia tocaba la campana para que los fieles se acercaran a la oración y aprovechamos para entrar a visitarla.



Hacemos los pocos kilómetros que separan Marsaxlokk de nuestro hotel y entramos en la habitación a descansar un poco y esperar a que se llegue la hora de bajar al restaurante a cenar.
Ha sido un día muy completo y nos retiramos pronto a descansar, mañana viajaremos hasta la Isla de Gozo y queremos repasar un poco el itinerario que llevaremos.


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