Nos toca el despertados a las 7:30 horas porque hoy ya dejamos el Algarve y nos adentramos en el país para llegar a su capital, Lisboa.
En algo más de dos horas y media estábamos aparcando el coche para la primera visita del día, la Torre de Belém, situada en la desembocadura el río Tajo, en el barrio de Santa María de Belém.
Se construyó como torre de defensa de invasores, luego pasó a ser prisión, faro y centro de recaudación de impuestos.
La Torre de Belém, junto con su vecino, el Monasterio de los Jerónimos, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.
En el mismo barrio de Belém, también encontramos el Monumento a los Descubridores y navegantes portugueses.
El Monasterio de los Jerónimos, fue mandado construir por el rey Manuel I de Portugal para conmemorar el regreso de la India del navegante Vasco de Gama.
Quien visite el edificio puede entrar al Museo Nacional de Arquitectura, ubicado en un anexo construido en 1850 o el Museo de la Marina, en el ala oeste.
En el año 2007 en el Monasterio se firmó el Tratado de Lisboa, acuerdo de la Unión Europea que sustituye la Constitución Europea y reforma los tratados que estaban vigentes.
Y por último, no nos vamos sin desayunar en la famosa cafetería situada a pocos metros del monasterio. Se trata de la fábrica de los Pasteis de Belém, famosos en todo Portugal.
Nos
acercamos ya a la capital y dejamos el coche muy cerca de la Plaza del Comercio.Esta es la plaza más importante de la ciudad, construida donde estuvo ubicado el palacio real antes de ser destruido por el gran terremoto que asoló Lisboa en 1755.
Con edificios porticados en tres de sus lados y abierta por el lado sur, mirando al río Tajo, era aquí donde llegaban los barcos mercantes y ésta era la puerta de Lisboa.
En el centro de la plaza se levanta una estatua ecuestre del rey José I, rey que estuvo al mando durante el terremoto de Lisboa.
En la parte norte de la plaza, encontramos el Arco Triunfal da Rua Augusta, que da comienzo a la calle del mismo nombre.
Se construyó para celebrar la reconstrucción de la ciudad después del gran terremoto. Las estatuas representan, entre otros, a Vasco de Gama y al Marqués de Pombal.
Seguimos caminando por Rua Augusta parando en escaparates y viendo actuaciones callejeras, y poco a poco llegamos al famoso Elevador de Santa Justa.
El ascensor une los barrios de la Baixa Pombalia y el Chiado. Se eleva sobre la calle Santa Justa y enlaza, con el paseo, con la plaza do Carmo, junto al Museo Arqueológico do Carmo.
Decidimos no subir porque es la hora de comer, nos vamos directos a buscar un restaurante para degustar arroz caldoso y un rico café con un pastel de Belém.
Es hora ir al hotel, dejar el equipaje y aprovechar a descansar un poco.
Por la tarde comenzamos la visita por la plaza Marqués de Pombal (situada a pocos metros de nuestro hotel).
La plaza es el centro de la Lisboa moderna, donde se erige un monumento al Marqués de Pombal (gobernador de la ciudad entro los años 1750 y 1777).
En esta plaza se encuentran edificios que son sedes corporativas de importantes empresas, bancos importantes y hoteles.
Caminando por la Avenida de la Libertad (Av. da Liberdade) vamos viendo el ambiente festivo que hay debido a la festividad del día 1 de Mayo, Día del Trabajo.
Las calles y plazas empiezan a estar llenas de gente con banderas que acuden a manifestaciones.
El punto de más concentración es en el Monumento dos Restauradores, dedicado a los aristócratas rebeldes que se levantaron en 1640 contra el rey Felipe I de Portugal (II de España) y rompieron la unidad hispánica.
Caminamos hasta el Teatro Eden y seguimos hasta encontrarnos con la impactante Estación de Rossio (desde donde cogimos un tren hacia la ciudad de Sintra en la anterior visita que hicimos a la ciudad)
Luego hasta la plaza de D. Pedro IV donde se puede ver el Teatro Doña María II o la famosa pastelería Suíca.
En el centro de la plaza hay una estatua del rey Pedro IV de Portugal.
Desde aquí se puede ver a lo alto las ruinas de la iglesia del Convento del Carmen, que las dejaron como testimonio de la tragedia producida por el terremoto de 1755.
La plaza está comunicada por una esquina con la praça da Figueira (plaza de la Higuera), presidida por la estatua ecuestre del rey Juan I de Portugal.
Desde esta plaza se puede divisar el Castillo de San Jorge, al cual se puede llegar subiendo a uno de los tranvías turísticos que salen desde un lateral de la plaza.
Para finalizar el día, nos montamos en uno de esos tranvías y nos damos la vuelta a la ciudad por las estrechas y empinadas calles que te lleva.
En esta ocasión no hacemos ninguna parada porque ya conocimos en su día el Castillo de San Jorge y la Catedral, pero es la mejor oportunidad para conocer el barrio, parar, visitar y subirse con el mismo ticket al siguiente que pase.
Os dejamos alguna de las vistas de la ciudad obtenidas desde el Castillo de San Jorge.
Nos bajamos del tranvía en la parada de la Plaza del Mercado y volvemos caminando hasta el hotel.
Buscamos en las cercanías un sitio donde cenar y enseguida nos vamos a descansar.