AVILA- BURDEOS

 Es lunes y toca madrugar mucho porque hay que salir de viaje. Teníamos todo preparado y el equipaje metido en el coche, para en cuanto nos levantáramos estar preparados para partir hacia Burdeos, que será nuestra primera visita.

Tenemos casi 700 km que nos lo tomamos con calma porque Alfonso está muy acostumbrado ha conducir por ese mismo camino.
Paramos a tomar un café y repostar gasolina en la frontera, que sabemos que en España el carburante es más barato que en Francia.
Después de estirar las piernas unos 20 minutos, volvemos a ponernos en marcha porque queremos llegar a medio día para comer en Burdeos y tener la tarde completa para visitar la ciudad.
A las 13:00 horas estábamos buscando estacionamiento en la zona del río Garona que a estas horas está muy animada por gente paseando y haciendo deporte.

Burdeos es la capital de Aquitania, y es una ciudad que ha despertado al visitante no hace muchos años. Desde el año 2007 entró a formar parte de las ciudades Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Comenzamos nuestra visita en Puerto de la Luna, que muestra la arquitectura del Siglo de las Luces. Con forma de media luna y bañado por el estuario del río, esta zona tan animada, merece su paseo de día y de noche pasando por la Plaza de la Bolsa, emblema de la ciudad.



Decidimos irnos hasta el hotel, dejar nuestro equipaje y buscar un sitio donde comer, que en Francia se como mucho más pronto que en España y ya era tarde.

Teníamos muy céntrico el hotel, por lo que encontramos enseguida donde parar a comer.
No hicimos sobremesa teníamos ganas de pasear por el centro de la ciudad para ir visitando sus edificios, plazas, tiendas...

La primera visita fue la Catedral de San Andrés, de estilo gótico. Se encuentra en la Plaza Pey- Berland.


Junto a la catedral se levanta un bonito campanario del siglo XV conocido como la Torre Pey-Berland. 
En esta plaza también se encuentra el Palacio Rohan, construido como residencia del arzobispo de Burdeos y que en la actualidad es la sede del Hotel de Ville o Ayuntamiento.
Seguimos paseando y llegamos a la Plaza de la Victoria, con su elegante Puerta de Aquitania



Pasamos por el Gran Teatro de Burdeos y la cabeza del artista catalán Jaume Plensa. 


 Aquí había feria por lo que aprovechamos a comer un perrito caliente y patatas fritas porque ya estaba empezando a anochecer y no queríamos parar a cenar para seguir viendo la ciudad al atardecer.
Volvimos a la plaza en la que estuvimos esta mañana para ver el edificio de la bolsa iluminado y si es bonito con luz de día, es mucho más espectacular con las luces de la noche.


Muchos accesos al centro histórico todavía se hacen a través de puertas que en su día protegían a la ciudad Medieval, la más destacada es la  Puerta de Cailhau construida en el siglo XV.
Muy cerca de esta puerta se encuentra la iglesia de Saint Pierre, situada en una bonita plaza que a estas horas de la tarde está llena de terrazas.



La ciudad nos gustó mucho, sus largas calles peatonales llenas de gente le dan aire de grandeza y modernidad.
Eran sobre las 22:00 horas y ya hacía frío por lo que decidimos entrar a tomar un café y luego ir al hotel a descansar que el día había sido muy largo.

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