Hoy no madrugamos, a las 9:00 nos levantamos y bajamos a desayunar enseguida.
A las 10:00 comenzamos la visita del día, nos dirigimos hacia el elevador de Santa Justa, y aunque ya conocemos la experiencia, decidimos montar y hacer una visita al barrio alto de la ciudad.
Las vistas de la ciudad nada más salir son impresionantes, además de las vistas desde cualquier calle o rincón de este barrio alto.
Llegamos a la Rua Garret donde entramos a visitar la Basílica dos Mártires y siguiendo la calle nos vamos encontrando cafeterías con mucho ambiente y calles rebosantes de vida.
Sobre las 12:00 horas ponemos fin a la visita de la ciudad y nos vamos hasta el coche para poner rumbo a nuestro próximo destino, la ciudad de Evora.
Tenemos por delante 150 km que recorremos tranquilamente y llegamos a la hora de comer.
Al primero lugar donde llegamos es la la plaza principal de la ciudad, la Praça do Giraldo, rodeada de bonitos edificios y en un extremo de la misma, la Iglesia de Santo Antao.
Aprovechamos una terraza que hay en la plaza para parar a comer.
En la guía que llevamos, leemos que en esta plaza se alojó el principal Tribunal de la Inquisición española.
Luego nos vamos dirección el hotel para dejar las maletas y hacernos con un plano de la ciudad.
Algo debió de suceder con la reserva que tenemos hecha en el hotel porque nos llevan a alojar a otro que no está cerca y que tenemos que ir callejeando donde apenas cabe el coche.
El alojamiento no es nada bueno, pero intentamos poner buena cara y que la situación no nos empañe la visita de la ciudad.
Plano en mano nos dirigimos a visitar el templo romano. Hay que decir que Evora fue una importante ciudad romana, y el mejor monumento de la ciudad es el Templo romano de Diana.
También nos acercamos a visitar su imponente Catedral.
Luego callejeamos para ir visitando edificios y rincones llenos de historia.
Para finalizar la visita volvemos a por el coche para ir hasta el acueducto.
El acueducto de Evora fue uno de los proyectos de construcción más avanzados y desafiantes a nivel técnico del siglo XVI; tiene 9 km de largo y se extiende desde el río más próximo hasta la ciudad.
Luego damos un paseo por la zona, entrando por uno de los arcos de la muralla, para seguir viendo calles y plazas que merece la pena visitar.
Entramos en una cafetería para hacer una merienda cena, ya que el el día amenazaba lluvia y al final se puso a llover y bien fuerte.
Volvemos al hotel y como es pronto todavía y ya no llueve, decidimos salir ha dar un paseo por la Praça do Giraldo para verla iluminada.
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