MADRID- ATENAS

 Nuestro vuelo sale de la T-4 del aeropuerto de Madrid con la compañía Iberia a las 10:50 horas.


Sólo llevamos equipaje de cabina por lo que no hace falta madrugar mucho, vale con llegar con tiempo para embarcar.

Despegamos a la hora prevista y el vuelo se nos hace ameno porque damos una cabezada que nos viene de perlas para luego estar frescos y poder empezar a visitar Atenas.

En Grecia hay una diferencia horaria con respecto a España de una hora más, por lo que cuando aterrizamos ya eran las 15:20 horas de la tarde.

Nos vamos a recoger el coche que hemos alquilado y nos ponemos en camino hacia el hotel (situado muy cerca de la estación de Metro Parepistimo) para dejar el equipaje, coger un plano de la ciudad y meter el coche en el parking que hasta pasado mañana no vamos a necesitar.

Atenas es la cuna de grandes artistas y filósofos e la antigüedad, y tuvo un papel esencial en el desarrollo de la democracia del país.

Es también el lugar idóneo para realizar un viaje a las antiguas culturas griegas y sumergirse en grandes templos y grandes edificaciones que perduran en el tiempo.

Pero también queremos destacar la pobreza que viven hoy en día sus habitantes y el deterioro de todo su patrimonio debido sin duda a la gran crisis en la que está envuelto el país.

Comenzamos a caminar por la Avenida Panepistimiou y se puso a llover, motivo que no nos quita las ganas de seguir para poder hacer una visita nocturna del centro de la ciudad y localizar los edificios importantes.

Nos encontramos con la Academia de Atenas, principal centro de investigación de la ciudad.
Es un bonito y gran edificio neoclásico formado por una parte central y dos alas que fue diseñado siguiendo los principios de los templos griegos.

Poniéndonos frente al edificio podemos ver las estatuas de Sócrates y Platón. También encontramos las estatuas de Apolo y Atenea en lo alto de sendas columnas jónicas.




Seguimos caminando por la calle Stadiou y llegamos a la famosa Plaza Síntagma que tantas veces hemos visto en televisión como lugar de numerosas manifestaciones de protesta contra las medidas de austeridad tomadas por el gobierno frente a la crisis económica.

La plaza está presidida en su parte más alta por el Parlamento de Grecia y la tumba del Soldado Desconocido.


Ya es de noche y empezamos a notar el estómago vacío y revoltoso por lo que decidimos parar en un restaurante de la plaza que tiene una terraza con vistas idílicas.

El primer contacto con la gastronomía del país no puede ser mejor, pedimos carnes variadas a la parrilla, riquísimos quesos y el delicioso yogur griego. Inmejorable.
Hacemos un rato de sobremesa y nos ponemos en camino para seguir con la visita, ahora aprovechamos que ha dejado de llover y caminamos más rápido por la avenida Filellinon hasta que llegamos al Jardín Nacional de Atenas, que a estas horas estaba cerrado.

Este es un gran parque público en el centro de la ciudad que se encuentra justo detrás del Parlamento griego (Palacio Viejo) y sigue hasta el Zappeion, frente al Oanathenaiko o Estadio Olímpico de los Juegos Olímpico de 1896.
A través de las verjas podemos ver unas ruinas y aprovechamos para fotografiarlas.



Estamos un poco despistados con el plano porque no vemos la colina donde está la Acrópolis, pero al darnos la vuelta para pasar la calle, ahí está, ante nuestros ojos podemos divisar a lo alto los restos más importantes del país.

Nos vamos callejeando a ver si encontramos por donde subir para poder fotografiar el conjunto con la iluminación nocturna, pero después de un rato decidimos dejar la visita para el día siguiente.

Estamos cansados y empieza a llover otra vez, nos vamos caminando hacia el hotel, ahora por unas calles llenas de tiendecitas y restaurantes.
El día ha sido muy completo y necesitamos descansar, mañana nos espera otro gran día.

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