SAINT JEAN DE CÔLE- BRANTÔME- BOURDEILLES- PERIGUEUX

 Hoy con pena nos despedimos del Perigord negro y nos vamos a dirigir al Perigord Blanco.


La primera parada de la mañana está a 88 km según marca nuestro GPS y es el pueblo de Saint-Jean-de-Côle, donde se encuentra el castillo de Marthonie.




Es un pueblo muy pequeño cuyos atractivos están concentrados en la plaza del pueblo, la pena es que el castillo y la iglesia estaban cerrados, por lo que hicimos una breve visita y enseguida nos pusimos nuevamente en camino.

A 20 km se encuentra la población de Brantôme, que cuenta con la Abadía de Brantôme como reclamo turístico, pero a nosotros nos encantó el pueblo en conjunto, un paseo por Brantôme es desconectar completamente.
Dejamos el coche en un parking de tierra que hay a la entrada del pueblo y luego nos dirigimos al centro siguiendo el curso del río.







En un lado de la Abadía Benedictina, hay una gruta tallada en un acantilado calcáreo en parte escondida por edificios.
Nosotros solo pudimos llegar hasta donde está, pero los horarios de visita no nos cuadraban y no entramos por falta de tiempo.

A 10 Km y atravesado por el río Dronne, está la localidad de Bourdeilles, que cuenta con dos castillos de diferentes épocas construidos sobre una terraza rocosa.
De los siglos XIII y XIV es la Fortaleza Feudal dominada por una torre de 35 metros de altura.
A finales del siglo XVI Jacques de Montbron hace construir la parte renacentista.
Nosotros dimos un paseo por todo el pueblo, atravesamos el río y nos dirigimos a visitar las instalaciones del castillo.







La visita duró una hora aproximadamente y no nos detuvimos más, todavía nos queda camino para llegar la ciudad de Périgueux que es la capital del departamento de la Dordoña y ciudad más grande del Perigord.
Tiene un precioso casco antiguo medieval formado por estrechas callejuelas y fachadas de piedra blanca.
La catedral de Saint Front es el edificio más característico de la ciudad. Catedral que es parada de los peregrinos que por estas tierras se dirigen a Santiago.
La mejor panorámica se toma desde el puente Saint Georges.





Después del paseo por la ciudad nos fuimos al hotel que lo teníamos reservado en esta ciudad.
Salimos a cenar y ha visitar el ambiente nocturno por las plazas céntricas, pero nos fuimos a descansar pronto porque mañana hay que volver a España y hay muchos kilómetros por delante.

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