Ciudad Patrimonio de la Humanidad, capital de Castilla la Mancha y conocida como "La Ciudad Imperial" por haber sido la sede principal de la corte de Carlos I, y también conocida como "La Ciudad de las Tres Culturas" por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y musulmanes.
La ciudad se encuentra en la margen derecha del río Tajo, en una colina de 100 metros de altura sobre el río.
Entre los muchos monumentos podemos destacar la Catedral de Santa María de Toledo, el Alcázar, el Monasterio de San Juan de los reyes, las Murallas, la Mezquita Cristo de la Luz o el Castillo de San Sevando.
Una visita que da para pasar un día completo entre monumentos y callejuelas que nos transportarán a otra época.
La visita la comenzamos y la terminamos en la Puerta de Bisagra.
Visitas por la provincia:
- Consuegra, municipio situado en el corazón de la Mancha, es famoso por sus Molinos de Viento y a su lado el Castillo de la Muela.
Siempre imaginé en mi cabeza que en un lugar como este, lucharía Don Quijote contra los gigantes en sus andanzas.
- Las Barrancas de Burujón, ideal para una escapada de fin de semana por la zona y llegar hasta aquí para descubrir los paisajes naturales que ofrece este rincón.
El coche lo dejamos en un aparcamiento y comenzamos a caminar dirección el embalse de Castrejón y aquí nos encontramos con el primer mirador, que es desde donde tenemos las mejores vistas.
Desde aquí hay un sendero para ir visitando las Barrancas y los cortes naturales del terreno. Recomendamos no visitar en verano porque esta fue la estación que elegimos nosotros y el calor es sofocante.
- Oropesa, bonita villa medieval encuadrada entre la Sierra de Gredos y el Río Tajo, posición estratégica en época de conquistas.
Panorámica de Oropesa
Al acercarnos a esta población, lo que más nos llama la atención es la silueta de su bonito castillo de origen árabe y es por aquí por donde comenzamos la visita.
Panorámica del Castillo de Oropesa
En el Castillo de Oropesa encontramos el Parador de Turismo.
La puerta de acceso da al patio central, luego hay que ir y sacar la entrada para poder visitar el castillo por dentro, cosa que nosotros no hicimos porque comenzó a llover y veíamos como los turistas corrían intentando refugiarse donde se podía.
El Palacio Condal, hoy convertido en el Parador de Turismo, fue durante años la residencia de la familia de los Álvarez de Toledo. Está formado por dos conjuntos palaciegos, el Palacio Viejo de estilo gótico mudédar, y el Palacio Nuevo de estilo renacentista, y el Peinador de la Duquesa (Torre octogonal).
Puerta de acceso al patio del Parador de Turismo y al Castillo
Castillo de Oropesa
Parador de Turismo de Oropesa
Volvemos a salir del patio y comenzamos a callejear que es la mejor forma de conocer cualquier pueblo o ciudad.
Bajamos una ligera cuesta y nos encontramos con el Convento de las Misericordias.
Fachada del Convento de las Misericordias
A pocos metros se encuentra la bonita Plaza del Navarro, donde las terrazas comienzan a tener gente desde estas primeras horas de la mañana.
Aquí se encuentra el Ayuntamiento, la Biblioteca y el Reloj de la Villa y nos llama mucho la atención la decoración de fachadas y bancos con los azulejos tan típicos de la zona.
Fachada de la Biblioteca Popular
Banco de la plaza con decoración de azulejo
Ayuntamiento de Oropesa
Reloj de la Villa
De nuevo nos vamos por una de las calles que salen de la plaza dirección al Castillo y nos encontramos con la Oficina de Turismo, situada en el Hospital de San Juan Bautista. En su interior hay una exposición de Jornadas Medievales.
Oficina de Turismo
Nos acercamos hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de la que sólo queda la torre original.
Fachada y puerta de entrada a la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción
Siguiendo el camino nos encontramos con la Capilla de San Bernardo, construida para enterrar por petición propia, a Francisco de Toledo (V Virrey de Perú).
Junto a la Capilla se encuentra un colegio de Jesuitas.
Fachada de la Capilla de San Bernardo
Colegio de los Jesuitas
Finalizamos la calle y regresamos dirección al Castillo por otra diferente donde nos encontramos enseguida con el recinto amurallado.
Recinto amurallado de Oropesa
Muralla de Oropesa
Vista del Castillo de Oropesa
Ya finalizando la visita entramos a los Jardines del Virrey, desde donde se obtienen bonitas vistas de la zona.
Durante la visita por las calles de Oropesa nos hemos ido encontrando con murales pintados por gente del pueblo, pero al salir de los Jardines vemos los que nos han parecido los más bonitos de todos.
Mural callejero
Mural de Oropesa
Antes de abandonar la localidad regresamos a la Plaza para sentarnos en una terraza y tomar una cerveza y un aperitivo, algo muy recomendado.
- Talavera de la Reina, situada en la margen oriental del Río Tajo, es el segundo municipio más poblado de la provincia.
Cuenta con un gran patrimonio distribuido por toda la ciudad y un paseo por sus calles, hace disfrutar al visitante de su gran ambiente y su buena gastronomía.
Dejamos el coche en la entrada de la ciudad junto al letrero de cerámica que nos da la bienvenida y comenzamos a caminar hasta encontrarnos la primera de las muchas iglesias que hay en el recorrido.
Se trata de la Iglesia de San Andrés, muy vinculada durante el siglo XVIII a la Real Fábrica de tejidos de Seda, Oro y Plata. Durante la Guerra Civil también sirvió de refugio a los huidos republicanos.
En su interior destacan las bonitas cerámicas.
Llegando a la Iglesia de San Andrés
Campanario de la Iglesia de San Andrés
Llegamos a la Iglesia del Carmen o Alfar del Carmen, hoy es la Biblioteca Niveiro.
En un principio fue el Convento de los Carmelitas Descalzos y posteriormente Fábrica de Cerámica.
Alfar del Carmen
Caminamos un poco y nos encontramos con el Centro Cultural El Salvador, antigua Iglesia de San Salvador de los Caballeros.
Es una de las parroquias más antiguas de la ciudad y de la que se conserva en perfecto estado el ábside de estilo mudéjar.
En su atrio se juzgaban a los castellanos y cristianos, ya que fue sede del Tribunal Castellano en la Alta Edad Media.
Iglesia de El Salvador (Centro Cultural El Salvador)
Ábside de la Iglesia El Salvador |
Seguimos conociendo la ciudad y comenzamos a divisar los primeros tramos de muralla.
Tramo de muralla de Talavera de la Reina
Caminando por la calle Corredera y llegando a la Plaza del Reloj nos encontramos con la Tabla del Cristo situada en el hueco de una de las Torres Albarranas de la Muralla.
La Corredera del Cristo y la Puerta del reloj siempre ha sido la zona comercial de la ciudad, con tiendas adosadas a la muralla
Tabla del Cristo de los Mercaderes
Plaza del Reloj
Nuestra siguiente visita es el Convento de la Encarnación de las Madres Bernardas, ubicado en pleno centro del casco antiguo.
Llegando al Convento de la Encarnación de las Madres Bernardas
No lejos de aquí vemos la Iglesia de San Agustín el Viejo, con fachada típica de Talavera, proyectada hoy como ampliación del Museo de Cerámica Ruiz de Luna.
Fachada de la Iglesia de San Agustín el Viejo
Museo de la Cerámica Ruiz de Luna
Llegamos a las Murallas del Primer Recinto (siglo X) y a las Torres Albarranas (siglo XIII).
La primera línea de murallas cerraba la ciudad. Justo detrás de la muralla, en el conocido como Huerto de San Agustín, se construyó un gran palacio, la Alcazaba de Talavera, utilizado por reyes y nobles.
En el siglo XIII la muralla se reforzó con la construcción de 17 Torres Albarranas de gran tamaño, que adosadas al Primer Recinto Amurallado hicieron de esta ciudad una de las más seguras durante siglos
Foso de la muralla y a la derecha la Puerta de Sevilla
Saliendo de la muralla junto a la Alcazaba
Palacio de la Alcazaba de Talavera
Ya fuera del recinto amurallado paseamos por la margen del río Tajo donde encontramos el Puente Viejo de Santa Catalina, el más antiguo de la ciudad.
Puente Viejo
Y el Puente Reina Sofía o Puente de Hierro, que supuso un gran avance para las comunicaciones de la ciudad.
Puente Reina Sofía
Lo más impresionante de pasear por esta zona de Talavera es la bonita imagen que se obtiene del Convento de Santa Catalina.
Vistas del Convento de Santa Catalina desde el río
Este Convento fue fundado por el arzobispo Tenorio debido a la devoción que tenía a la Santa. Por orden de este arzobispo pasó a manos de los monjes Jerónimos.
El complejo lo componen la iglesia, el claustro, la casa de los canónigos y las dependencias del Museo Etnográfico.
Los murales de cerámica que se pueden ver en esta parte de la ciudad son dignos de admirar.
Tramo de mural de cerámica
Centro del mural
Mural de cerámica
Regresamos al casco antiguo acercamos hasta el gran Convento.
Convento de Santa Catalina
Llegamos a la bonita Plaza del Arzobispo Don Pedro Tenorio, donde se encuentra la Parroquia de Santa María.
Plaza Arzobispo Don Pedro Tenorio
Ya finalizando la visita llegamos a la Plaza del Pan o Plaza de Santa María, donde se encuentra la actividad administrativa y de servicios de la ciudad.
El nombre de Plaza del Pan le viene porque antiguamente era aquí donde se ponía la calahorra, oficina municipal de venta de pan en tiempos de carencia.
Se la considera la Plaza Mayor y centro neurálgico de la ciudad, un espacio embellecido por la típica cerámica en los bancos, zócalos y cenefas.
Plaza del Pan
Donde se encuentra ubicada la plaza, antiguamente había un Foro Romano de la antigua Caesaróbriga, teoría que se confirmó en la rehabilitación del antiguo Hospital de la Misericordia, hoy convertido en el Centro Cultural Rafael Morales, donde aparecieron restos de dos templos y una domus romana.
Plaza del Pan
Plaza del Pan
En la Plaza también encontramos la preciosa Iglesia de Santa María la Mayor, en cuya fachada destaca un gran rosetón.
Iglesia de santa María la Mayor
Saliendo de la plaza y ya de regreso al coche se encuentra el precioso Teatro Victoria, construido sobre el Antiguo Corral de Comedias.
En su fachada destacan los motivos cerámicos de Ruiz de Luna y Guijo.
Teatro Victoria
Sin duda esta preciosa ciudad toledana es totalmente recomendada y estamos seguros de que volveremos pronto porque nos han quedado muchas cosas por conocer.
- Escalona, esta localidad se encuentra a poco más de 50 kilómetros de Toledo y cuneta con unos 3000 habitantes. Se sitúa a orillas del río Alberche, y aunque cuando lo visitamos el río lleva poco caudal, vemos a mucha gente bañándose.
Escalona está ligada a un gran pasado, comenzando su historia cuando Alfonso VI conquista en 1281 el Reino árabe de Toledo y ordena la construcción de una fortaleza en lo alto de un cerro que domina el río Alberche.
El primer señor de Escalona fue el Infante D. Manuel, el cual fallece en 1283 y su hijo, el Infante D. Juan Manuel, con tan sólo un año de edad, pasa a ser el segundo Señor de Escalona.
Tras su muerte, varios personajes lucharon por tener el poder de Escalona, hasta que en 1424 el Rey Juan II nombra Señor de Escalona a D. Alvaro de Luna, y con éste se logró la Edad de Oro de la Villa.
La visita a Escalona bien merece un paseo por sus calles donde tenemos que destacar el Castillo-Palacio de Escalona, de estilo mudéjar del siglo XV y las antiguas murallas que lo protegían.
Pero adentrándonos en el centro histórico nos encontraremos con la Plaza Mayor, rodeada de cafeterías y comercios sin grandes adornos y donde destaca la fachada del Ayuntamiento y las columnas de sus soportales (llegadas del Castillo cuando las tropas de Napoleón lo destruyeron).
El centro de la plaza lo ocupa un templete donde en su parte baja se pueden ver mosaicos de azulejo toledano que cuentan pasajes de la historia de Escalona.
La Iglesia de San Miguel y la Puerta de San Miguel son otras dos visitas importantes para ver en la población.
La Iglesia de San Miguel es la única que queda en pie de las cuatro que existieron en Escalona, fue construida sobre los restos de una antigua iglesia románica, de la que sólo se conserva parte de la estructura. En el siglo XVII fue ampliada tras convertirse en Colegiata.
Su fachada es sencilla y con la torre de ladrillo, en su interior resalta su bonito altar mayor de estilo barroco y destaca la pintura central de la Inmaculada Concepción, patrona de la localidad.
A su lado se encuentra la Puerta de San Miguel, un arco con aire de entrada fortificada, perteneciente a la muralla que rodeaba la villa.
Encima del arco vemos la torre de una iglesia, convertida en una especie de torre de vigilancia.
Abandonamos Escalona atravesando el Puente sobre el río Alberche, desde donde se obtienen las mejores vistas del Castillo y su muralla.
- Maqueda, situada a unos 11 kilómetros de Escalona.
Esta población de unos 500 habitantes está situada junto al arroyo que le da nombre.
La historia de Maqueda cuenta que en tiempos remotos, donde se ubica el castillo había un puesto vigilante romano y hacia el año 981, el arquitecto Fatho ben Ibrahim el Omeya, constructor de grandes mezquitas, aumentó y perfeccionó la fortaleza ya existente.
En el año 1083 cayó en el poder del rey Alfonso VI de Castilla y posteriormente pasó a manos de Fernando Yáñez por concesión real.
En 1177 el rey Alfonso VIII, tras tomar Cuenca, donó Maqueda a la Orden de Calatrava y en esta época se ordenó construir una muralla que circundaba la villa y la Iglesia de Santa María y cuyos restos, como la Torre de Vela, todavía son visibles.
Bajo un sol infernal nos ponemos en marcha para visitar la población, y lo hacemos subiendo la escalera que da acceso a la Iglesia de Santa María de los Alcázares, la cual encontramos cerrada.
La iglesia fue construida dentro del recinto de la antigua fortaleza y los pies del templo apoyan su fábrica, en la principal puerta de dicha fortaleza. Puerta Califal, arquitectura Militar Árabe y Cristiana del s. X al XII.
De camino al Castillo de la Vela, nos encontramos con la Torre de la Vela, situada en la Calle Real. Esta Torre hoy solitaria, también es parte de los restos de la antigua fortaleza del siglo XII.
En cuanto al Castillo, deciros que solo se puede visitar por el exterior y que se encuentra en perfecto estado de conservación. Nos llama mucho la atención el escudo situado sobre la puerta de entrada, se trata del escudo del matrimonio Cárdenas-Enríquez, quienes mandaron reconstruir el castillo.
No hay que perder detalle del bonito matacán defensivo que se ubica sobre el escudo.
- Guadamur, situada a pocos kilómetros de la ciudad de Toledo.
Esta población de unos 1800 habitantes nos recibe con grandes y bonitas casas pero también con un precioso Castillo del siglo XV de origen italiano. (la visita es guiada pero sólo con horario de mañana).
Junto a la valla del castillo se ubica la Ermita de Nuestra Señora de la Natividad, de estilo mudéjar, la cual se puede visitar con la entrada del Castillo.
Para los amantes de los yacimientos arqueológicos, Guadamur tiene un Centro de Interpretación con réplicas de lo que fue el mayor yacimiento visigodo de España, el cual fue expoliado al poco tiempo de ser descubierto en el siglo XIX.
- Orgaz, el Castillo de Orgaz nos da la bienvenida y desde aquí comenzamos una breve visita por las calles del pueblo.
El Castillo de Orgaz se levantó a finales del s. XIV y principios del s. XV. Se trata de una residencia señorial ligada a los Ruiz de Toledo y los Pérez de Guzmán, Señores de Orgaz.
En el siglo XVI, durante la rebelión de los comuneros, el castillo fue incendiado por las tropas del rey Carlos I.
Hoy en día su exterior está en perfecto estado de conservación. Al igual que en Guadamur, el castillo sólo se visita en horario de mañana.
Bordeamos el castillo para verlo por sus cuatro lados y comenzamos a callejear por su calles.
Nos encontramos con una fuente con la estatua de Doña Jimena, primera mujer ilustre de la localidad.
Muy cerca se encuentra la Plaza de la Concepción, donde se levanta la pequeña Ermita de la Concepción, y en el centro una fuente con El Labrador.
Seguimos hasta llegar a la Iglesia de Santo Tomás Apóstol, que se encuentra en la Plaza de la Constitución y es un ejemplo de fortaleza residencial en perfecto estado de conservación.
La Plaza es un ejemplo típico de plaza toledana, con soportales. En el centro de la plaza se encuentra la fachada principal de la Iglesia, y frente a ésta, en su cara este, se sitúa el Hospital de San Lorenzo, una casa solariega, el Callejón del Gato y los soportales.
Saliendo por El Arco de San José llegamos a la zona del río (completamente seco) donde se puede ver el Puente de cinco ojos, tallados con roca granítica labrada.
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