ZAMORA


Zamora, ciudad cuyo centro histórico está calificado como Conjunto Histórico-Artístico y se debe principalmente a que posee más de veinte edificios románicos en perfecto estado de conservación.
(De todos es sabido el dicho de "Zamora no se hizo en una hora")

La ciudad se alza sobre una meseta rocosa emplazada al borde del río Duero.

La visita es fácil de hacer, ya que los principales monumentos nos los encontramos caminando desde el Parque de la Marina Española  hasta la Catedral y el Castillo, situados en la otra punta (algo más de dos kilómetros que dan para un día completo de visita).


Comenzamos nuestra ruta por el Parque de la Marina Española porque es en esa zona donde tenemos el hotel, y caminando por la calle comercial Santa Clara, llegamos a la vistosa Iglesia de Santiago del Burgo, templo románico cuyo interior conserva su construcción original. 

Además de su bonito retablo dedicado a Santiago, nos llama la atención lo estrecha que es la nave.



En la Plaza de la Constitución se encuentra la Subdelegación del Gobierno, un gran edificio fácil de reconocer por sus banderas ondeantes.

Caminamos unos metros hasta la Plaza Zorrilla para ver el Palacio de los Momos, que alberga el Palacio de Justicia de Zamora.
Es un edificio renacentista cuya fachada fue nombrada Monumento Nacional.



Seguimos la marcha y enseguida nos encontramos en la Plaza Mayor, ubicada en pleno corazón del Casco Antiguo de la ciudad.

En esta plaza podemos destacar la fachada del Ayuntamiento Viejo, donde hoy se encuentra ubicada la Policía.



El Ayuntamiento Nuevo, ubicado justo de frente, con una fachada más moderna.


El monumento al Merlú, que homenajea a las procesiones de Semana Santa, y que se encuentra justo delante de la bonita Iglesia de San Juan Bautista.



En ésta iglesia de San Juan Bautista destacamos el bonito rosetón situado sobre la puerta que se ha convertido en símbolo del románico zamorano.

En la Plaza Mayor aprovechamos una de las terrazas para tomar una cerveza y degustar alguna de las tapas tan apetecibles que se ofrecen.

Muy cerca nos encontramos con la bonita fachada del Parador de Turismo, un palacio renacentista construido sobre una antigua calzada musulmana.


Entramos en la Plaza Claudio Moyano para ver la bonita fachada del Convento de la Concepción, convertido en la sede del Archivo Histório Provincial.
Nos llama la atención que la Biblioteca Pública se ubica en el templo del Convento de la Concepción.


Nos acercamos al Mirador de San Cipriano donde se encuentra también la Iglesia de San Cipriano.
La iglesia es una de las más antiguas de la ciudad, y desde aquí se obtiene una panorámica de los barrios bajos de la ribera del Duero.



 Nos alejamos de la ruta que llevábamos hacia el castillo debido a las vistas que obtenemos desde el mirador, empezamos a descender hacia el Palacio del Cordón donde se ubica el Museo Provincial.


En la fachada destaca el Cordón Franciscano que enmarca la portada y sobre él, se ven las armas de los Condes de Puñonrostro.


En la misma plaza se encuentra la Iglesia de Santa Lucía a la que no podemos entrar porque nos la encontramos cerrada.


Desde aquí caminamos hacia el famoso Puente de Piedra sobre el río Duero, desde donde obtenemos bonitas imágenes de la ciudad.

En la actualidad hay cinco puentes que cruzan el Duero al paso por Zamora, pero durante siglos este puente de piedra era el único existente.




Nos vamos dirección al extremo de la ciudad donde se encuentra la Catedral y el Castillo.
El Castillo de Zamora, construido en el siglo XI, se encuentra situado en la parte más alta de una roca y siempre se utilizó como fortaleza de defensa. 



El castillo tiene un foso y un contrafoso, accedemos a su interior a través de un puente que según leemos en su día era elevadizo, y una vez dentro nos indican que hay tres caminos a seguir para la visita, nosotros comenzamos por el lado derecho que es el tramo más largo, ya que tiene acceso a la torre del homenaje y parte de la muralla, desde donde se obtienen bonitas vistas de la Catedral.




El castillo a lo largo del tiempo también sirvió de carcel y escuelas de todo tipo. Las estancias están bastante deterioradas por lo que la visita se hace rápido.


Caminamos los pocos metros que nos separan de la Catedral de San Salvador por el parque del castillo.


 De la Catedral lo que más nos llama la atención es el Cimborrio y la gran Torre, pero es la catedral más pequeña de las antiguas catedrales de Castilla y León.



Son más de las 13:30 horas y no nos da tiempo a visitar la catedral por dentro, por lo que nos vamos hasta la cercana Iglesia de San Isidro, que se encuentra cerrada, pero nos llevamos una estampa de otra bonita iglesia románica.


Poco a poco regresamos a las calles bulliciosas donde la gente sigue su ritmo cotidiano y llegamos a la Plaza de San Ildefonso donde se encuentra la Iglesia de San Pedro y San Ildedonso.



Para ir finalizando la visita y sentarnos a comer, visitamos la Plaza de Viriato, recibe su nombre de la estatua que se haya en el centro de esta plaza.





Un funcionario de la Diputación de Zamora al que le caímos bien se presta voluntario a enseñarnos el edificio y sin pensarlo le damos las gracias y nos adentramos a la visita.


Cansados por el calor que hace nos acercamos hasta la Plaza Mayor y nos sentamos en una terraza a tomar una cerveza bien fría y decidimos quedarnos a comer y reponer fuerzas.

Por la tarde nos vamos a descansar un rato al hotel pera luego salir a cenar y visitar la ciudad iluminada, cosa que nos gusta hacer en todos los viajes.









Visitas por la provincia:


-Toro, una localidad situada a poco más de 30 km de la capital, situada en la Vega del Duero, y asentada sobre una atalaya de barrancos de color rojizo.



La visita la comenzamos dejando el coche en las afueras y caminando hasta la Puerta de Corredera, construida en honor de Felipe III.


Desde aquí la calle Corredera nos lleva a visitar la Iglesia de Santo Tomás, el Palacio de los Marqueses de Castrillo y llegamos a la Plaza de Santa Marina, desde donde se divisa la segunda puerta, la Puerta del Mercado o Torre del Reloj.

  


Esta puerta da acceso a la zona más céntrica de la ciudad ya que conduce a la Plaza Mayor y la zona comercial.

La plaza es una estampa típica castellana, rodeada de bonitos edificios en su parte alta y porticada con bares y locales comerciales en la parte baja.


En la Plaza se encuentra el Ayuntamiento y la Iglesia del Santo Sepulcro, además de terrazas donde poder degustar el vino con denominación de Origen Toro.




Desde aquí andamos unos minutos y nos encontramos con la preciosa Colegiada de Santa María la Mayor, de estilo románico-gótico.



Después de contemplar la fachada y rodearla, nos dirigimos hasta el paseo de El Espolón, un bonito mirador con vistas del río Duero y la Vega.


Aunque el calor aprieta, decidimos bajar hasta el Puente de Piedra para visitar esa parte baja y ver la panorámica desde ese lugar.


El esfuerzo de subir de nuevo a la ciudad nos pasa factura y estamos deseando parar a tomar algo, pero decidimos seguir camino hasta el Alcázar, edificación defensiva y símbolo de la importancia estratégico-militar de Toro en el Medievo. Desde aquí las vistas también son muy bonitas.



En la puerta del Alcázar se encuentra un verraco de piedra que nos informa que la ciudad fue habitada por tribus vettonas.


 Visitamos la Iglesia de San Lorenzo y nos sentamos a tomar un vino en la Plaza de los Bollos de Hito, donde pasamos algo más de media hora recuperando fuerzas.

Terminando la visita a la ciudad nos dirigimos hasta la Iglesia de Santa Catalina y la famosa plaza de toros, una de las más antiguas de España pero que por estar construida en el centro de la ciudad cuesta mucho encontrar, ya que por ningún lado encontrábamos la forma circular de cualquier plaza, sino que sólo se ve una fachada que indica que tras esa puerta se encuentra la plaza de toros.



Abandonamos la ciudad por la Puerta de Santa Catalina y nos vamos a buscar el coche poniendo fin a esta recomendada visita.




- Puebla de Sanabria y Lago de Sanabria,  ubicada en un alto y arrinconada por el paso de los ríos Tera y Castro encontramos esta preciosa localizad zamorana. Su centro histórico fue declarado Bien de Interés Cultural por sus bien conservadas callas de estilo medieval, y sus bien conservados monumentos como el castillo, la muralla y las casas señoriales.



El coche se deja fuera del casco histórico y se comienza la visita subiendo por una preciosa calle adoquinada, donde las fachadas medievales de piedra, los adornos florales en muchos rincones y balcones y las bonitas tiendas auguran una visita que nos va a encantar. Es sin duda una de las cosas imprescindibles para quien llega a este pueblo, perderse por sus calles.




Llegando a la parte de arriba de la calle, ya se divisa la Iglesia de Santa María del Azogue, ubicada en la Plaza Mayor.




En esta plaza también se encuentra el Ayuntamiento donde destacan sus dos torres gemelas.


Seguimos el camino hacia el castillo encontramos la Ermita de San Cayetano, adosada a la iglesia en estilo barroco y construida en memoria del párroco Lucas García Ossorio.


El Castillo de Puebla de Sanabria o de los Condes de Benavente ocupa una situación privilegiada en el pueblo y además de poderse visitar el interior, también encontramos aquí la Oficina de Turismo.


Los restos de muralla que encontramos a los pies del castillo sirven de mirador y las vistas son inmejorables. 



La Garita de Vigilancia la encontramos en un esquinazo de un baluarte defensivo que mandaron construir los portugueses durante la Guerra de Sucesión.

Como complemento a la visita de Puebla de Sanabria, nos acercamos a pasar la tarde y bañarnos en el Lago de Sanabria.
Situado en la Parque Natural del Lago de Sanabria, es el lago de origen glaciar más grande de España.

Es una pena que el glaciar desapareciera, pero nos dejó éste lago, varias lagunas y cañones para descubrir.























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