A las 5:00 horas amanece, pero a nosotros eso no nos impide seguir dormidos hasta que nuestro despertador suena a las 7:30 horas.
Hay que levantarse, ducharse, cerrar las mochilas y a desayunar, hay que ponerse camino al aeropuerto, ya que toca comenzar las vacaciones por Indonesia.El primer destino por Indonesia será la Isla de Java, nuestro vuelo de Air Asia nos llevará a la ciudad de Yogyakarta.
Aquí surgió un gran problema con nuestros amigos colombianos, necesitan visado para entrar en Indonesia y no lo habían consultado, por lo que les tenemos que dejar en Singapur para que arreglen los papeles en la embajada y nosotros seguir con los planes.
Nuestro vuelo sale a las 11:15 horas según lo previsto y a las 12:30 estamos aterrizando.
Al llegar estamos muy desorientados, el aeropuerto es pequeño, pero no encontramos de dónde salen los autobuses con destino al centro de la ciudad.
Por fin damos con la parada de bus y nos montamos en el número A-1 que nos lleva hasta la Calle Malioboro.
Enseguida nos damos cuenta que estamos en una ciudad con más motos que personas, se hace prácticamente imposible poder pasar de un lado a otro de la calle.
Nos encontramos al principio de la calle con una casa de cambio de moneda y aprovechamos a cambiar bastante dinero ya que el cambio está muy bien ( 1 Euro son 15.775 Rupias).
Lo siguiente es buscar donde comprar una tarjeta de datos para ponerla en el teléfono y tener internet, así es mucho más fácil manejarnos por el país.
Nos encontramos con un centro comercial y entramos para ver si encontrábamos la tarjeta y reto conseguido, parece que se nos está dando bien manejarnos en la ciudad.
Aprovechamos a comer que a esas horas ya tenemos hambre y mucha sed.
Metemos la dirección del hotel en el la aplicación maps.me y nos dice que está situado a casi 6 km de donde estamos, no nos queda otro remedio que parar un taxi y que nos lleve.
Al llegar al hotel nos toca explicar en recepción que la reserva de nuestros amigos queda anulada por problemas con su Visa, y la primera impresión del lugar es que nos gusta sus instalaciones.
Las zonas comunes están al aire libre y luego te asignan una casita por pareja, estilo Resort.
Estamos muy cansados y para lo único que nos quedan ganas en para salir de la habitación y pedirnos una cerveza en el hotel.
Les pedimos que nos alquilaran por dos días una moto y así poder ver los templos a nuestro aire y sin horarios.
No aguantamos mucho más, el día ha sido largo y necesitamos descansar.
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