A las 7:00 horas toca el despertador y en breve estamos en recepción pidiendo el desayuno para salir a visitar el templo Borobudur.
Tenemos 46 km hasta llegar, pero el tráfico es tan intenso que tardamos algo más de una hora en llegar (y eso que vamos en moto !!! en coche sería horrible)
Buscamos la taquilla para sacar las entradas (el precio vuelve a ser muy caro, al igual que en Prambanan, pagamos 22 euros por persona) nos toca pasar por un control de bolsos para no introducir ningún elemento sospechoso, y nos obligan a vestir un sarong, que es un pañuelo para cubrirnos las piernas.
Enseguida estamos dentro del recinto del templo, pero sin llegar a tener visión alguna de él.
Vamos haciéndonos fotos con todo lo que vemos y de repente aparece a lo lejos un templo gigante que nos hace precipitarnos para intentar llegar antes que un montón de chinos que vienen detrás de nosotros.
Es el monumento budista más grande del mundo, consta de seis plataformas cuadradas coronadas por tres plataformas circulares, está decorado por multitud de relieves y estatuas de Buda.
En 1982 después de una larga labor de restauración, la UNESCO lo nombró Patrimonio de la Humanidad.
Al llegar arriba nos quedamos impresionados al encontrarnos con decenas de estupas perforadas que rodean a una mucho más grande, y que corona el conjunto.
Descubrimos que cada estupa guarda la imagen de un buda dentro. Esta parte del templo nos ha gustado mucho, pero hay tantos turistas que apenas podemos movernos y decidimos emprender el descenso.
Nosotros hemos hecho el recorrido completo al templo en los distintos niveles, como cualquier local que acude en peregrinación y nos vamos satisfechos por ello !!!
Son cerca de las 12:00 y el calor es sofocante, vamos pasando por un mercado de regalos que hay saliendo del recinto y no vemos el momento de encontrarnos con un puesto que venda agua fresca.
Fuera del recinto, Alfonso levanta el vuelo al dron para sacar una panorámica del conjunto y la imagen nuevamente es fantástica.
Después de descansar un rato, nos vamos a por la moto y decidimos volver a Yogyakara para llegar a comer allí.
Tardamos casi hora y media pero por fin estamos en la ya famosa calle Malioboro donde buscamos un sitio para comer frescos.
A las 15:00 horas salimos del restaurante, con pereza de volver bajo el sol, para dirigirnos al Palacio del Sultán.
En las inmediaciones del Palacio, llamado el Kraton, hay multitud de militares ensayando algún desfile, intentamos acercarnos y nos explicaron que al día siguiente saldría el Sultán (la persona que ejerce de gobernador de la región) a hablar al país, pero no sabemos más.
Nos da como respeto acercarnos demasiado, decidimos ir a ver el Taman Sario o Palacio del Agua , lugar usado por el Sultán para el baño y recreo. Estaba cerrado, y es una pena, porque las fotos que habíamos visto eran muy bonitas.
Después de ésto nos vamos hacia el hotel a beber una cerveza fría, relajarnos en las instalaciones y hacer la mochila, pronto nos vamos a descansar que al día siguiente toca madrugar.
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