Después de hacer varias gestiones personales, cargamos el equipaje en el coche y salimos de Avila sobre las 12:00 h. Tenemos más de 650 kilómetros por delante hasta llegar a la ciudad de Lourdes donde pasaremos la primera noche de este viaje.
Los kilómetros van pasando y llegando a Burgos hacemos la parada para comer y descansar un poco.
En una hora aproximadamente reiniciamos la ruta hasta Irún, donde volvemos a parar para repostar gasolina, tomar un café y estirar un poco las piernas.
El último tirón del camino nos lleva a la región de Occitania (Francia), a la ciudad de Lourdes, donde ya hemos estado en otras ocasiones y siempre nos ha gustado mucho.
Lourdes es un lugar de peregrinación donde acuden miles de personas al año para visitar a la Virgen y pedirle o darle gracias por alguna de las situaciones personales por las que cada uno pasa en la vida.
A diferencia de lo que hemos visto en otras ocasiones, nos encontramos con una ciudad vacía, pero decidimos ir hasta el Santuario para ver si hacen el célebre rosario nocturno por su extensa explanada, pero debido a las medidas de seguridad por el coronavirus está todo suspendido.
Ha sido un día largo y estamos cansados por lo que decidimos ir al hotel y descansar, ya que mañana tenemos que madrugar bastante y comenzar nuestra visita a los Castillos Cátaros.
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