Nos levantamos bien temprano para aprovechar el día, ya que tenemos una preciosa jornada visitando pequeños pueblos del departamento del Tarn rodeados de paisajes preciosos.
Nuestro primer destino del día es la pequeña localidad de Puycelsi.
A tan sólo a 44 kilómetros de Albi, situado en la frontera entre los ríos Tan y Garona y ubicado en lo alto de un promontorio que domina el bosque de Grésigne, nos encontramos con Puycesi, un pequeño pueblo con encanto medieval y fácil de recorrer para el visitante.
Promontorio rocoso de Puycelsi
Dejamos el coche antes de llegar a la muralla y caminamos hasta el Camino de Ronda (recorre paralelo a la muralla), desde donde obtenemos preciosas vistas de los paisajes que nos rodean.
Después de deleitarnos con los paisajes nos adentramos en las callejuelas casi en solitario y os podemos decir que cada casa y cada rincón son dignos de ser fotografiados ...
Iglesia de San Cornelio
Interior de la Iglesia de San Cornelio
Rodeado el perímetro de la muralla y habiendo callejeado el pueblo llegamos finalmente a la Capilla de San Roque, desde donde llegamos a ver a un grupo de chavales que están de excursión y que animan un poco la zona con sus risas.
Esta pequeña capilla fue construida por la gente del pueblo en honor al Santo que les libró de la peste.
Capilla de San Roque
Antes de dejar el pueblo volvemos a caminar por el Paseo de Ronda y vamos descendiendo hasta el coche.
Puerta Méjane
Casa típica de Bruniquel
El pueblo se visita fácilmente caminando por sus estrechas y empedradas calles.
Destaca la Iglesia de Santa Catalina, fortificada en la puerta de entrada del siglo XIX.
Iglesia de Santa Catalina
El pueblo conserva su autenticidad medieval, sus bonitas casas junto con los restos de muralla y sus puertas hace que pasemos un agradable paseo.
Calle de Penne
La pena es que no encontramos ningún restaurante para comer y tenemos que abandonar Penne antes de lo que nos hubiera gustado y poner rumbo a Cordes sur Ciel.
Nada más llegar a Cordes sus Ciel buscamos un restaurante para comer y luego poder disfrutar el resto de la tarde del pueblo.
Este precioso pueblo tiene su época de gran esplendor entre los siglos XIII y XIV por la actividad comercial de telas, sedas y pieles.
El pueblo fortificado fue fundado por Ramón II, Conde de Toulouse con el propósito de convertirse en un punto defensivo ante el avance de las tropas que luchaban contra los cátaros.
Cordes sur Ciel es un bonito pueblo medieval muy bien conservado, situado en un monte y muy bien protegido por cuatro murallas concéntricas.
Panorámica de Cordes sur Ciel
El coche se tiene que dejar en la parte más baja del pueblo y subir caminando hasta llegar al centro histórico nos cuesta después de haber comido bien.
La visita la comenzamos en la Plaza Jeane Ramel-Cals donde se encuentra Información de Turismo y caminamos por la empinada Gran Rue de L' Horloge adentrándonos poco a poco en el centro histórico.
Atravesamos la Porte de L' Horloge y seguimos por la Grand Rue de la Barbacane donde podemos ir viendo bonitas tiendas de artesanía y llegar hasta la Torre de la Barbacane.
Porte de L' Horloge
Tour de la Barbacane
Otra de las puertas de acceso a la ciudad es la Porte du Vainqueur, y pasando bajo su arco nos vamos adentrando en la parte alta de la villa.
Siguiendo nuestro camino pasamos por la Porte de Rous y llegamos a la Place de la Bride, desde donde se obtienen buenas vistas de los alrededores.
Vistas desde el mirador de la Place de la Bride
Durante todo el recorrido que hemos hecho nos ha llamado mucho la atención las bonitas fachadas de las casas, pero ahora nos fijamos en una de las que más nos ha gustado, se trata de la Maison du Grand Veneur del siglo XIV.
Maison du Grand Veneur
Llegamos a la Plaza del Mercado que se encuentra cubierta por un enorme techo de madera que sustentan unas grandes columnas de piedra.
Les Halles
Vista de la Plaza del Mercado y la Iglesia de Saint-Michel
Iglesia de Saint-Michael
Después de tomarnos un refresco sentados en la terraza de la Plaza del Mercado, nos vamos poco a poco despidiendo de Cordes sur Ciel. Caminamos por la Rue Raimond II sin perder detalle de los bonitos rincones que seguimos viendo y llegamos a la Porte des Ormeaus y con ello a la salida del pueblo.
Rue Raimond II
Confluencia de la Rue Raimond II y Rue Saint Michel
Vistas desde la Porte des Ormeaux
Calle de Cordes sur Ciel
Porte de la Jane