Suena el despertador a las 7:45 y después de haber caminado tanto el día anterior, la verdad que nos cuesta un poco levantarnos pero hay que ducharse y bajar a desayunar para estar bien preparados para afrontar el día.
Nuestro primer objetivo para hoy es visitar el Museo Vasa y salimos a las calles de Estocolmo con un sol radiante que nos anima a caminar contentos y a ver las cosas con buen humor.
El Museo Vasa se ubica en la isla Djurgarden, a unos 2 km de nuestro hotel por lo que vamos caminando por las calles comerciales de Estocolmo hasta llegar a uno de los embarcaderos de la ciudad, el que se encuentra junto al Museo Nacional y justo en frente del Palacio Real. Nos detenemos un poco para ver las excursiones que se hacen desde el embarcadero para ver si nos interesa alguna para mañana por la mañana.
En la zona hay edificios importantes como la Opera, hoteles de lujo y plazas muy bien adornadas con flores.
Recogidos los folletos informativos seguimos nuestro camino hasta llegar a la isla Djurgarden donde hay muchísimos turistas pero no encontramos cola para entrar. (190 coronas por persona).
Llegando al Museo Vasa
Nada más entrar nos encontramos con una estampa impresionante del Barco frente a nosotros y muchísima gente alrededor de él haciendo la visita.
Museo Vasa
En el Museo Vasa se visita el buque de guerra del s. XVII más grande construido hasta entonces en el mundo, el cual se hundió en la entrada del puerto de Estocolmo el mismo día que zarpaba debido a una ráfaga de viento que le hizo escorar. El barco intentó recuperar el rumbo pero una segunda ráfaga hizo que las olas entraran en la cubierta y el barco se hundió (fecha del hundimiento el 10-08-1628)
A principios de 1950, Andrés Francén, se interesó en la búsqueda del barco y cuando lo encontraron lo pudieron reflotar con altas medidas de seguridad para que la estructura no se dañara ya que se encontró prácticamente intacto.
La madera tuvo que ser sometida a varios tratamientos y finalmente el Vasa fue colocado para la posteridad en este museo.
Toda esta historia del Vasa nos la cuentan en una sala donde se ve una corta película con imágenes reales de cómo reflotaron el barco.
Detalles de la popa del Vasa
Es tan grande este barco que se hace difícil poder fotografiarle desde cualquier lugar porque te quedas sin ángulo para sacarle completo, una pena que el mal cálculo del lastre en la construcción (tras modificarse los planos iniciales por mandato del rey que quería más cañones a bordo) hiciera que el barco perdiera estabilidad cuando el viento y las olas chocaron contra él, con resultado del hundimiento del barco.
En el museo hay un barco-maqueta recreando como era el Vasa antes de hundirse, con sus vivos colores y sus preciosos labrados ... pero además también hay diversos objetos que se encontraron a bordo.
La visita nos lleva unas dos horas ya que el tiempo se pasa volando, hay muchas cosas que ver en los diversos pisos por los que vas pasando para ver el barco desde distinta altura.
Al salir la claridad del día nos deslumbra, ya que el barco necesita una luz y temperatura adecuados para su conservación.
En los alrededores del museo hay varios sitios para comer y aprovechamos una terraza para tomar algo y así irnos con el estómago lleno a la siguiente visita del día, la Biblioteca Pública de Estocolmo.
Nuestra comida del día
Caminamos un largo tramo hasta llegar a la Biblioteca, pero desde lejos ya podemos divisar su peculiar silueta de color naranja.
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