Bien temprano vuelve a sonar el despertador, nos cuesta un poco desperezarnos, pero no queda más remedio que empezar con energía el día, la sorpresa la tenemos cuando miramos por la ventana y vemos que el tiempo ha cambiado, hoy está lloviendo.
Bajamos a desayunar y casi una hora después estamos todas en recepción dispuestas a pasar un gran día visitando Bérgamo.
Salimos a la calle y parece que ahora no llueve, sólo tenemos que caminar hasta la boca de metro que tenemos a pocos metros del hotel. Buscamos la línea que llega hasta la Estación Central y nos salimos del metro ahí para comprar los billetes de tren que nos llevará a Bérgamo.
Estación Central de Milán
El tren nos ha costado 5.60 euros y en algo más de cinco minutos estamos ya en marcha camino de nuestro destino. A medida que el tren avanza la lluvia se hace cada vez más persistente, por lo que tenemos claro que hoy tenemos que sacar el paraguas si no queremos calarnos.
El tren llega a Bérgamo y casi ni nos hemos enterado. Salimos de la Estación y nos ponemos a caminar por la calle que tenemos de frente, la Vía Papa Giovanni XXIII.
En unos 15 minutos llegamos a la taquilla donde se saca el ticket para el funicular que nos lleva a la parte alta de la ciudad.
Esperando al funicular
Ticket en mano nos toca esperar unos minutos para poder entrar en una de las dos cabinas que tiene el funicular y en un pispas estamos en la parte alta dispuestas a conocer los encantos de esta pequeña ciudad.
Nada más bajar del funicular vemos un ambiente muy agradable, mucha gente tomando algo o comiendo en las terrazas, pero por poner un pero, la lluvia sigue estropeando el día.
En breve llegamos al corazón de la Città Alta, la Piazza Vecchia, que sin duda es la plaza más bonita que ver en Bérgamo. Es una plaza medieval, rodeada de edificios históricos como el Palazzo della Regione, el Palazzo del Podestà, la Torre Cívica (Torre Campanone) y el Palazzo Nuovo. En el centro se encuentra la Fontana Contarini, adornada con esculturas de leones y dos esfinges.
Palazzo della Regione
El Palazzo Nuovo es un bello edificio revestido de mármol blanco que acoge la Biblioteca Cívica Angelo Mai.
En la parte opuesta, justo al fondo de la plaza se encuentra el Palazzo della Regione, que se levantó como Palacio Comunal, centro político de la ciudad.
La escalinata adosada al Palazzo della Regione nos hace mirar a la Campanene, que es la torre del Ayuntamiento.
A los pies de la torre, el Palazzo del Podestà que acoge el Museo histórico del Cinquecento.
Comienza a llover más y apenas quedan turistas en la plaza, nosotras también nos apresuramos a ponernos en cubierta para no mojarnos, una pena porque el entorno es precioso y no podemos disfrutarlo como nos hubiera gustado.
El porticado situada bajo el Palazzo della Regione separa la bonita Piazza Vecchia (poder civil) de la Piazza del Duomo (poder episcopal), donde encontramos el Bapisterio, la Basílica, la Capilla y la Catedral de Bérgamo.
La Capilla Colleoni fue mandada construir por Bartolomeo Colleoni para que sirviera como mausoleo para él y su hija. Está dedicada a los Santos Bartolomé, Marcos y Juan el Bautista.
La fachada está realizada en mármol policromado con colores blanco, rojo y negro. No pudimos entrar a ver el interior porque se encontraba cerrado.
Fachada de la Capilla Colleoni
La Capilla Colleoni está situada al lado de la Basílica de Santa María Maggiore. Su interior es grandioso con decoración barroca, recomiendo que nadie se lo pierda.
Capilla Colleoni y Basílica de Santa María Maggiore
Mucho menos llamativa, pero no menos importante, nos encontramos con la Catedral de Bérgamo, dedicada al patrón de la ciudad, Sant' Alessandro.
Su fachada es neoclásica de mármol blanco, y en su interior hay un valioso conjunto pictórico, varias capillas y la tiara del Papa Juan XXIII.
Catedral de Bérgamo
Justo de frente a la catedral, nos encontramos con el Baptisterio, el edificio que cierra la bonita plaza.
Estaba cerrado, no hemos tenido la suerte de presenciar un bautizo que se estaba celebrando en su interior ...
Baptisterio
Antes de abandonar la plaza no nos resistimos a sacar más fotos, nos parece un sitio precioso ...
Capilla Colleoni y Basílica de Santa María Maggiore
Es el momento de hacer una parada para tomar algo en un bar y hacer tiempo a ver si deja de llover, pero nada, después de parar unos cuarenta minutos decidimos volver a las calles para pasear sin rumbo, aunque el objetivo es llegar hasta alguna de las puertas de la ciudad.
Optamos por llegar hasta la cercana Puerta San Giacomo, desde donde se obtienen bonitas vista de la ciudad baja.
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