Por ser el último día de vacaciones el despertador suena a las 5:15 horas.
Toca asearse rápido y terminar de cerrar la maleta antes de ponernos en camino hasta el aeropuerto.
Salimos del hotel y nos vamos al metro para desplazarnos hasta la Estación Central donde cogeremos un tren dirección al aeropuerto.
En la Estación tomamos un café con un bollo y luego vamos a los paneles informativos para ver con gran sorpresa que el tren que tenemos reservado ha sido cancelado. Nos toca ir a las taquillas de información para que nos devuelvan el dinero ya que no podemos esperarnos al siguiente tren.
Nos dicen desde la entrada de la estación hay autobuses que salen dirección al aeropuerto, por lo que nos vamos corriendo para ver si llegamos a tiempo de montar en el que tiene salida inmediata.
Después del sofocón, llegamos a tiempo para coger el bus y una vez dentro nos relajamos ya que el día ha comenzado con sobresaltos.
Llegamos con mucho tiempo al aeropuerto y una vez situadas en la puerta de embarque el tiempo lo pasamos mirando las tiendas por si algo se antoja a última hora.
El vuelo de EasyJet sale puntual a las 9:45 y el trayecto lo hacemos prácticamente dormidas poniendo así fin a la escapada y despidiéndonos hasta pronto, ya que nos volveremos a ver en 15 días en el aeropuerto para hacer otra escapada que en este caso nos llevará de nuevo a Italia para visitar Cinqueterre.
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