DÍA 1: MADRID -PISA- LA SPEZIA- MONTEROSSO- VERNAZZA- LA SPEZIA

 El despertador suena con dulce melodía anunciando que hoy comienza un nuevo viaje entre amigas para disfrutar de una parte de Italia completamente desconocida para mí (no para Alfonso, que por motivos de trabajo ha viajado varias veces a estos pueblos y por eso en esta ocasión no nos acompaña).

Son las 5:00 horas y hay que prepararse rápido porque hemos quedado en salir de Ávila con destino al aeropuerto de Madrid a las 5:35 horas.

Enseguida estábamos reunidas y montadas en el taxi que nos lleva y aunque el sueño está presente en todas, intentamos dar conversación al taxista. El viaje se nos hizo corto, enseguida estábamos parando frente a las puertas de la T1 de Barajas.

Seguimos la rutina de todo pasajero al llegar al aeropuerto, buscamos el control por el que entrar y después de pasarlo y antes de ir a buscar la puerta de embarque nos paramos a desayunar y así despejarnos un poco de la pereza.

Con el estómago lleno ya se ven las cosas de otra manera y es entonces cuando nos vamos a la puerta de embarque donde esperamos pacientemente para entrar al avión.

El vuelo sale puntual a las 9:05 y no tardamos mucho en quedarnos dormidas hasta prácticamente el anuncio de que ya se estaba preparando la cabina para el aterrizaje.

El aeropuerto de Pisa es pequeño, salimos a la calle y caminamos los pocos metros que separan la terminal del aeropuerto de la estación de tren.

Sacamos los tickets hasta la estación central de Pisa y esperamos a que llegue el tren. El trámite es muy sencillo y muy rápido, sin apenas enterarnos estamos ya en la estación central de Pisa comprando de nuevo los tickets para ir hasta La Spezia, ciudad donde tenemos el alojamiento.

El tren tardará en salir unos 25 minutos, por lo que volvemos a tomar un café para despejarnos y hacer tiempo.

Una vez sentadas en el tren, todo son risas, bromas, ya se sabe, el buen rollo de estar de vacaciones ...

El trayecto se nos hace un poco largo, debe ser el cansancio del viaje, ya llevamos muchas horas en pie desde que salimos de casa.

Por fin llegamos a nuestro destino, La Spezia. Sólo tenemos que salir de la estación y caminar apenas 5 metros hasta nuestro hotel, todo un acierto haberlo cogido tan cerca para podernos mover así de rápido.

Hacemos el checkin y después de pasar unos minutos en la habitación, no tardamos en estar en la recepción deseando salir a conocer alguno de los pueblos de Cinque Terre.


Nuestra habitación en La Spezia

Regresamos a la estación para pedir información sobre el bono del tren para viajar durante dos días por los pueblos de Cinque Terre. En el hotel ya nos habían orientado sobre los precios y estábamos dispuestas a comprarlo para no perder tiempo sacando tickets cada vez que queremos ir de un pueblo a otro.
Pagamos 29,00 euros por cada bono y nos vamos al andén indicado para ir a visitar Monterosso.
La elección de comenzar por Monterosso ha sido por ir al más lejano ya que hemos visto que el tiempo se puede estropear mañana y no queremos verlo con mal tiempo (cosa que luego no ocurrió pero por si acaso).
El trayecto no supera los diez minutos y cual fue nuestra sorpresa que al salir de la estación nos recibe Monterosso con una preciosa estampa de la playa y un sol radiante !!! creo que fue la imagen que más voy a recordar de este precioso viaje.


Playa de Monterosso

Nosotras somos de Ávila y Segovia y esta mañana antes de salir el termómetro marcaba 1º C, y al llegar aquí la gente se está bañando, esto si que no podíamos ni imaginarlo.
No tardamos en quitarnos el jersey, el calor es sofocante y queremos sentarnos en una terraza a tomar algo antes de comenzar la visita.


Disfrutando del buen tiempo de Monterosso


Monterosso

Caminamos por el paseo marítimo y ya vemos la Torre Aurora, situada en el cerro de San Cristobal. La torre divide la antigua villa medieval , extendiéndose a lo largo de las orillas del río Branco. Llegamos al pueblo donde encontramos las calles llenas de turistas en todas direcciones.


Vista de la Torre Aurora al fondo

Las callejuelas están llenas de tiendecitas de souvenirs y se hace muy entretenida la visita.

La Iglesia de San Giovanni Battista es de estilo gótico ligure. La fachada alterna mármol blanco y serpentina verde, flanqueada por dos pares de columnas de mármol y un rosetón central perforado en mármol blanco.


Iglesia de San Giovanni Battista


Interior de la Iglesia de San Giovanni Battista

Detrás de la iglesia de San Giovanni Battista se encuentra el Oratorio de la Hermandad de los Negros, donde se conserva una estatua de San Antonio Abate, procedente del convento dedicado a este Santo.


Calle de Monterosso

De regreso a la zona de la playa, decidimos subir al cerro de San Cristóbal, que divide la parte vieja de la nueva. Las vistas desde este cerro son espectaculares...


Acantilados de Monterosso


Vista del embarcadero de Monterosso

Subiendo los escalones del cerro hay un indicador que lleva hasta el Convento de los Capuchinos y la Iglesia de San Francisco.


San Francisco frente a la Torre Aurora

El calor aprieta y decidimos emprender el regreso hasta la playa donde nos esperan algunas compañeras del grupo que han decidido sentarse en la playa para descansar y tomar un poco el sol.


Vista de la playa de Monterosso

Encantadas por la visita de Monterosso nos vamos hasta la estación para subir al siguiente tren que pasara con destino  Vernazza.

Este pueblo, noble y elegante, se extiende a lo largo del arroyo Vernazzola, ahora cubierto, refugiándose en las laderas de un afloramiento rocoso.
Sus calles son empinadas y estrechas y el recorrido nos lleva a una pequeña plaza situada frente al puerto.


Vista de Vernazza al salir de la estación


Calle de Vernazza


Vista desde el puerto de Vernazza

La Iglesia de Santa Margarita de Antioquía es de estilo gótico-ligure y se asienta sobre una montaña con vistas al mar, protegida por rocas. Es una de las estampas más fotografiada por los turistas.


Posando en Vernazza

La gente se sienta a disfrutar de los últimos rayos de sol, pero nosotras nos apresuramos a pasear por sus calles para conocer cada rincón antes de que se vaya la luz.

Callejeando es donde veo y advierto que hospedarse en el pueblo hace a los turistas subir con sus equipajes muchos escalones hasta llegar a sus aposentos, y no quiero ni pensar lo incómodo que puede suponer si llevas maletas grandes ...

Subiendo y subiendo escaleras llego a la taquilla del Castillo de los Doria de Vernazza (2,00 euros la entrada). El Castillo es un imponente bastión ubicado en lo más alto de una cresta rocosa donde se levanta la torre Belforte. 


Torre Belforte en el Castillo de los Doria 

En el lado opuesto al castillo hay una fortificación, El Torreón de los Vernazza, que se levanta en el interior del jardín de los Padres Menores Reformados de San Francisco.

Para finalizar la visita no hay que perderse el Santuario de Nuestra Señora de Reggio, construido sobre una cripta existente asociada a un cementerio.


Vistas de la Iglesia de Santa Margarita de Antioquía desde el Castillo de los Doria


Vistas de Vernazza

Comienza el descenso por los escalones hasta llegar a la calle principal donde las tiendecitas de recuerdos siguen abiertas y los restaurantes comienzan a servir las cenas.

Es hora de ir al tren y regresar a La Spezia para buscar un restaurante donde cenar y meternos en la cama pronto para descansar.








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