RUTA DE LOS CASTROS VETONES. UN PASEO POR LA EDAD DE HIERRO

 Los Vettones fueron uno de tantos pueblos que habitaron la península Ibérica desde finales del siglo V a.C.

Se les sitúa en las provincias de Ávila, Salamanca, Cáceres, Toledo y Badajoz.

Vivían en lo que hoy llamamos Castros, siempre situados en lugares estratégicos para su defensa natural y reforzados por murallas y torres que dificultaban el acceso.

El abandono de esos pueblos en el siglo I a.C. da lugar a las ruinas arqueológicas en las que nos vamos a centrar en esta ruta por los Castros en la provincia de Ávila.

Para comenzar el relato, es importante informar que en la propia capital, existe un Centro de Interpretación de los Castros, situado en la Diputación de Ávila (en el sótano del Torreón de los Guzmanes).


El recorrido lo comenzamos por el CASTRO DE ULACA, situado en la población de Villaviciosa (Solosancho).

Se ubica en lo alto de un gran cerro, por lo que hay que calzarse unas cómodas zapatillas y comenzar el ascenso. Una vez arriba, se obtienen bonitos paisajes del Valle Ambés  y la Sierra del Zapatero.

Tiene una extensión de 60 ha., y cuenta con una muralla, un Altar de sacrificios, Sauna ritual, las ruinas de una construcción denominada El Torreón y dos casas excavadas.


La entrada es gratuita, y para quien quiera disfrutar del castro y algo más, comentaros que a finales de agosto se hace una fiesta Vettona en el lugar (Luna Celta).


CASTRO DE LAS COGOTAS, en la localidad de Cardeñosa, al cual se accede por la pista que accede al Embalse de la Cogotas o a través de la carretera Avila- Cardeñosa (AV-804).

Nosotros dejamos el coche en el embalse y seguimos la señalización del castro, el acceso es mucho más llevadero que el castro anterior.

Tiene una extensión de unas 10 ha, rodeado de un bonito paisaje y donde si te descuidas te encuentras con una vaca pastando.

La zona fue ocupada mucho antes de que se construyera el castro amurallado en los siglos IV -V a.C. llegando su ocupación hasta la conquista romana en el siglo II a.C.

Se compone de dos recintos amurallados y una Necrópolis excavados en el siglo XX.

En el recinto principal, se pueden ver tramos de la muralla bien adaptadas a la topografía del lugar.


En la localidad de Cardeñosa hay un aula arqueológica con la explicación del Castro.

La entrada es gratuita y a los pies del castro hay una caseta con un guarda que puede ayudarte en alguna pregunta si lo necesitas.


CASTRO DE LA MESA DE MIRANDA, en la localidad de Chamartín, en plena Sierra de Ávila.

Al castro se accede desde la localidad de Chamartín, y recomendamos dejar aquí el coche y hacer los pocos kilómetros caminando entre encinas y prados llenos de ganado (aunque se puede acceder en coche).

En la localidad hay un Aula Arqueológica donde poder conocer la cultura Vettona.

El guarda que hay en la entrada puede orientarte un poco en la visita, pero lo mejor es perderse por este amplio castro vetón prerromano.

Sus tres recintos amurallados ocupan una superficie de 29 ha y se puede ver con claridad un foso y las piedras hincadas que hacían verdaderas murallas defensivas.




En la visita no hay que pasar por alto la Necrópolis de La Osera, inmediata al castro.


Para finalizar la visita, recomendamos subir hasta un mirador desde donde se obtienen bonitas vistas de la zona.

Bastante más alejado que los anteriores, se encuentra el CASTRO DE EL FREILLO, en la localidad de El Raso (Candeleda) al sur de la provincia de Ávila y en el límite con la provincia de Cáceres.

Este castro se fundó en el siglo III a.C. como consecuencia de la conquista romana de la Península Ibérica.

Bien rodeado por una muralla, cuenta con torres cuadradas, un foso y fortines de vigilancia.

Las excavaciones nos enseñan un urbanismo bien planificado con viviendas adosadas.


La visita es gratuita y merece mucho la pena llegar hasta aquí parando en las gargantas que nos vamos encontrando por el camino.

Además de la visita a los Castros, también hay por la provincia los denominados VERRACOS o toros esculpidos en piedra de granito. Manifestaciones arqueológicas de la provincia durante la segunda Edad de Hierro y comienzos de la romanización.

La escultura está tallada en bloques de granito donde se representa al animal de cuerpo entero así como el pedestal que lo sustenta.

El conjunto más representativo de estos Verracos se encuentra en la localidad de El Tiemblo, en el recinto de los "Toros de Guisando". Desde hace unos años, para acceder al recinto hay que pagar una entrada.



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