Hoy es nuestro primer día completo en Jordania y nos despertamos con las ganas de querer hacer y visitar muchas cosas, por eso sin pereza nos levantamos temprano, nos arreglamos y bajamos a desayunar.
El desayuno del hotel es sencillo, nos dan a elegir entre un desayuno europeo o un desayuno jordano, por lo que Alfonso elige uno y Beatriz elige el otro y así podemos probar de todo.
Minutos antes de las 9:00 horas nos vamos en busca de nuestro coche y ponemos en el GPS la dirección de la primera visita del día, el Castillo de Ajlun, también conocido como Qala'at ar Rabad.
La distancia desde Ammán no es que sea exagerada, pero el tráfico es tan denso en la ciudad que tardamos mucho en salir, luego, la conducción es normal.
Cuando nos vamos acercando al destino hacemos una breve parada porque ya divisamos la silueta del Castillo de Ajlun y queremos fotografiarlo.
El Castillo está situado en lo alto de una colina, emplazamiento que le otorga una vista privilegiada sobre la zona.
El Castillo de arquitectura árabe, se construyó en el s. XII para proteger las rutas de comunicación contra las incursiones militares.
El castillo hoy en día está bastante rehabilitado pero después de varios ataques y dos terremotos en la zona quedó en un estado bastante ruinoso, la sala de infografía y museo es muy recomendable durante la visita.
La entrada está incluida en la Jodan Pass, por lo que sólo tenemos que enseñarla y pasar.
Entrando al Castillo de Ajlun
El interior, bien iluminado y restaurado, está totalmente vacío y vamos pasando por las distintas estancias y pasillos. La visita más interesante se encuentra al inicio donde podemos ver un museo con todo tipo de utensilios de la época.
Vitrina de utensilios, Museo del Castillo de Ajlun
Accedemos a la parte más alta del castillo para poder deleitarnos con las vistas al Valle del Jordán, donde si tienes suerte y el día está despejado, se puede divisar la Tierra de Palestina.
Vista de los alrededores del Castillo de Ajlun
La visita ha durado aproximadamente una hora y regresamos al coche para ir hasta la que será el plato fuerte del día, la antigua ciudad de Jerash.
La dimensión de la antigua ciudad romana de Jerash es abrumadora, y eso ya es visible desde fuera de la verja del recinto.
Caminamos a través de una especie de mercado para turistas y como no podía ser de otra manera, nos avasallan para intentar vendernos cualquier cosa. Finalmente no nos resistimos a un puesto de pañuelos donde salimos con el atuendo puesto.
Beatriz transformada en jordana
Compramos varios recuerdos y nos vamos rápido hacia la impresionante puerta de Adriano que da acceso a la ciudad.
Las ruinas de Jerash son "un imprescindible" de visitar en Jordania, representan una de las ciudades romanas más importantes y mejor conservadas de todo Oriente Próximo.
Atravesamos el Arco de Adriano, una gran puerta de triple arco erigida para honrar al Emperador Romano Adriano en su visita a la ciudad.
Puerta de Adriano
Y dentro, paseamos sobre los restos de la Iglesia de los Marianos, construida en el año 570 bajo el mando del obispo Marianos.
En la actualidad sólo los restos de mosaicos nos dan certeza de la riqueza de la decoración interior del conjunto arquitectónico reflejo del esplendor de la época.
Restos de la Iglesia de los Marianos
Justo de frente a la iglesia se encuentra el Hipódromo de grandes dimensiones, 265 metros de largo, previsto para albergar a 17.000 espectadores.
Hipódromo de Jerash
Seguimos la visita y nos encontramos con la verdadera entrada de la ciudad, donde nos piden pagar, que en nuestro caso, enseñando la Jordan Pass, tenemos el acceso libre.
Pasamos la Puerta Sur de la ciudad, acceso principal a la ciudad de Jersash.
Puerta Sur de Jerash
Sin darnos cuenta llegamos a la preciosa Plaza Oval, emblema de la antigua ciudad de Jerash por su arquitectura, su decoración y por su tamaño y forma.
La forma oval se hizo para dar armonía entre la calle principal de la ciudad y el Templo de Zeus.
El Tetrápilo del Norte
Damos por finalizada la visita a Jerash y nos vamos en busca de un restaurante donde comer antes de emprender el regreso a Ammán.
Nuestra intención era llegar a Amman con el tiempo suficiente para poder hacer la visita a la Ciudadela, pero otra vez lo mismo, el tráfico es caótico en la entrada de la ciudad y se nos pasa el tiempo sin apenas movernos unos metros.
Finalmente llegamos al hotel cuando ya estaba oscureciendo y posponemos la visita de la Ciudadela de Ammán para otro día.
Hemos quedado para salir a dar un paseo nocturno y cenar con unos chicos españoles que se hospedan en nuestro hotel, por lo que nos espera un buen plan para esta noche.
Compartiendo mesa con buenos y amables amigos
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