Hoy hemos aprovechado un poco más la cama y nos hemos levantado a las 8:00.
Por la ventana del hotel podemos ver que el tiempo hoy no acompaña, llueve y en abundancia, al menos de momento.
Bajamos a desayunar y cuando estamos preparados nos vamos a conocer Gjirokastra bajo la lluvia, que aunque es un poco fastidioso, el ambiente es como bohemio y acogedor.
Comenzamos por la visita al CASTILLO DE GJIROKASTRA, situado en la cima de una colina visible desde todos los puntos del casco histórico.
Su origen data del s. III d.C., y es de los castillos más grandes y mejor conservados de los Balcanes.
Nada más entrar podemos admirar una gran colección de tanques militares y armamento de la Primera y Segunda Guerra Mundial y al fondo el Museo de las Armas (un museo militar que alberga artillería alemana de la Segunda Guerra Mundial y otros artefactos)
Interior del Castillo de Gjirokastra y colección armamentística
Armas de la Primera y Segunda G.M.
Armamento, Castillo de Gjirokastra
Después de un buen rato admirando la colección salimos al exterior del Castillo, desde donde se obtienen imágenes muy bonitas de la ciudad, del Valle del Drina y de las Montañas Lunxhëeria.
Las altas y robustas murallas son dignas de admirar, y no tardamos en divisar otra de las grandes atracciones que alberga este castillo, un antiguo avión de las Fuerzas Aéreas Americanas capturado durante la Guerra Fría.
Exterior del Castillo de Gjirokastra
Avión de las Fuerzas Aéreas Americanas
Seguimos caminando y en el extremo del Castillo de puede admirar la bonita Torre del Reloj y una gran explanada donde imaginamos los eventos que se realizan durante la época estival.
Explanada del Castillo y Torre del Reloj
Torre del Reloj, Castillo de Gjirokastra
Torre del Reloj bajo la niebla
Hemos tenido mucha suerte porque la lluvia nos ha respetado la visita, y además, el Castillo envuelto en una ligera niebla nos ha parecido hasta más bonito si cabe.
Concluida la visita al Castillo, nos dirigimos a visitar uno de los TÚNELES DE LA GUERRA FRÍA. Durante la época del dictador Enver Hoxha, se construyeron hasta 750.000 búnkeres en todo el país para protegerse de una posible invasión, causa que provocó un empobrecimiento y aislamiento del pueblo albano.
Debajo del castillo, el Dictador construyó uno de los búnkeres anti- nuclear más grande del país. Hoy es un lugar de recuerdo de ésta triste época pero un lugar que no hay que perderse en la visita a la ciudad.
Túnel de la Guerra Fría
Desde el castillo bajamos al ANTIGUO BAZAR, el lugar más concurrido y colorido del casco antiguo de Gjirokastra.
Bazar de Gjirokastra
Bazar de Gjirokastra
El bazar o "Qafa e Pazarit" se ubica en pleno casco antiguo de la ciudad, se trata de tres calles llenas de tiendas, terrazas, y restaurantes que animan a todo visitante a recorrerlo y no perder detalle.
Muy cerca de este punto, nos encontramos con la MEZQUITA DEL BAZAR, una de las pocas que sobrevivieron a la destrucción ordenada durante la dictadura comunista.
Mezquita del Bazar
Caminamos por las estrechas callejuelas empedradas hasta llegar al MUSEO ETNOGRÁFICO, ubicado en la casa natal del dictador comunista Enver Hoxha.
En su interior encontrarás decoración, objetos y mobiliario de la época otomana, diferenciando claramente zonas de mujeres y zonas de hombres, así como zonas preparadas para el invierno y para el verano.
Entrada del Museo Etnográfico de Gjirokastra
En la zona se encuentran casas otomanas para poder visitar como Zekate House, construida a principios del s. XIX para familias ricas de la época y con vistas privilegiadas a la Ciudad.
Otra casa importante es la Skenduli House, también de estilo otomano y en perfecto estado de conservación. Se puede visitar y conocer las estancias intactas con el mobiliario de la época.
Regresamos hasta el Bazar para ubicar la siguiente visita, y es que para llegar al OBELISCO DE GJIROKASTER, hay que entrar por una puerta que pasa desapercibida pero que está señalizada con una placa pequeña en la Rruga Ismail Dadare.
El Obelisco se ubica en medio de una plaza. Tiene una altura de 7 metros y está construido en piedra labrada que simboliza la importancia de conservar la lengua albanesa, prohibida durante la ocupación otomana.
Obelisco de Gjirokastra
Desde esta plaza del Obelisco se obtienen bonitas vistas del Castillo y del Barrio de Palorto, donde se ubican las Casas Otomanas que hemos visitado.
Vistas de Gjirokastër
Para terminar la visita nos vamos perdiendo por las calles siguiendo el GPS para llegar hasta el único tramo de ACUEDUCTO que queda en pie.
Este acueducto fue construido en tiempos de Ali Pasha para abastecer agua al Castillo. Fue destruido por el rey Zog I quién utilizó los materiales para hacer una cárcel.
En la actualidad se puede visitar el Puente de Ali Pasha, que es el único tramo que se conserva de aquel acueducto.
No está cerca del centro histórico, hay que cruzar todo el Barrio de Dunavet hasta llegar a un Valle desde donde se alcanza a ver este Puente.
Luego hay dos opciones para llega a él, por la parte alta del Valle o como hizo Alfonso, bajar por un estrecho sendero hasta llegar al fondo del Valle y prácticamente a los pies del Puente de Ali Pasha.
Vista del Puente de Ali Pasha
Puente de Ali Pasha
Después de esta visita regresamos al centro de Gjirokastër para sentarnos en un restaurante a cenar y entrar en calor ya que la humedad de todo el día nos ha dejado destemplados y un poco cansados.
Después seguimos caminando por el bazar ya iluminado y tomamos un café con dulces típicos hasta la hora de regresar al hotel para hacer de nuevo la maleta y descansar.
Última mirada y recuerdo, Castillo de Gjirokastër
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