El día comienza en un hotel de Madrid donde suena el despertador a las 4:30 de la mañana.
Es el momento de salir rápido con destino a la T2 del aeropuerto de Madrid (Adolfo Suarez) y buscar la puerta de embarque de nuestro vuelo de Air Europa con destino Múnich.
Muy puntual despega el avión a las 7:05 y las casi tres horas que dura el vuelo lo pasamos dormidos intentando estar lo más descansados al llegar a Múnich para pasar un gran día visitando la ciudad.
Después del aterrizaje nos dirigimos a por nuestro equipaje y acto seguido nos vamos a recoger el coche que hemos alquilado.
Finalmente tomamos un café y dejamos el aeropuerto para comenzar la visita a Múnich.
Nuestra primera visita del viaje será la exposición de BMW, un lugar apartado del centro histórico y el paraíso de los sueños para los que no podemos acceder a esos coches de lujo ...
Tanto el edificio del Museo como el de la exposición son grandiosos, merece la pena pasarse por aquí y poder conocer los modelos más lujosos de la marca, así como poder probar algún modelo de moto.
En las inmediaciones se puede pasear por OLYMPIAPARK, una gran zona verde donde poder visitar las instalaciones olímpicas de 1972.
Después de pasar la mañana en esta zona de Múnich regresamos al coche para dirigirnos al centro histórico y comenzar la visita monumental y disfrutar del ambiente de la ciudad.
La visita a Múnich es cómoda porque su centro histórico no es demasiado grande y se puede hacer caminando, por eso, dejamos el coche bien aparcado muy cerca de la PUERTA SENDLINGER TOR.
Aún se conservan tres de las cuatro puertas de acceso: La Puerta de Isartor, la Puerta de Karlstor y la Puerta de Sendlinger Tor.
La Puerta Sendlinger Tor es la que se encuentra más al sur de la ciudad. Tiene dos torres laterales unidas por un amplio arco central.
Tiene un revestimiento de ladrillo y está cubierta de vegetación seca, por lo que es fácil de localizar.
MARIENTPLATZ.
Es el centro y el alma de la ciudad donde se ubica al edificio del Ayuntamiento.
Originariamente la plaza tenía el nombre de Schrannen, pero se renombró como Plaza de Santa María para pedir a la Virgen que les protegiera de la cólera que asediaba la ciudad.
En el centro de la plaza, se levanta la Columna de Santa María (Mariensäule). La columna está coronada por la estatua de la Virgen María rodeada por cuatro Angeles que simbolizan las victorias de: la guerra, la peste, el hambre y la herejía.
La Fuente del Pez (Fischbrunnen), es un famoso punto de encuentro para los locales. Esta fuente reconstruida después de que la original fuera destruida en la Segunda Guerra Mundial, es donde los pescadores dejaban su mercancía antes de venderla en el mercado que se ubicaba en esta plaza.
Justo al lado de la Marienplatz se encuentra la PETERSKIRCHE o Iglesia de San Pedro.
Un gran templo barroco cuyo campanario se puede visitar y desde donde se obtienen grandes vistas de la ciudad.
Además se pueden admirar las bonitas vidrieras, el altar de San Andrés y la Tumba del emperador Luis IV de Baviera.
GALERÍAS FÜNF HÖFE.
Otra de las atracciones que no quisimos perdernos, cuya curiosa decoración nos lleva a poner los ojos en sus jardines que cuelgan del techo.
Se ubican en una manzana de edificios construidos con fachadas dando a las calles y cuyo interior son pasajes comerciales.
ODEONSPLATZ.
Una gran plaza rodeada de grandes edificios. Lo más llamativo de la plaza es el Feldherrnhalle, un monumento en honor al ejército bávaro.
Cuando el dictador subió al poder, mandó construir en Odeonsplatz un monumento en recuerdo a los seguidores que murieron en el golpe de estado fallido.
Toda persona que pasara por delante de ese monumento tenía que hacer el saludo nazi. Ocurrió entonces que los que no estaban de acuerdo con el régimen, usaban este callejón Viscardigasse para evitar pasar por delante del monumento y tener que hacer el saludo.
Por supuesto, los nazis terminaron asesinando a muchos muniquenses por este acto de rebeldía y hoy una estrecha línea dorada recuerda la resistencia de los ciudadanos contra el nazismo.
HOFBRÄUHAUS.
La cervecería más famosa de Múnich, donde locales y turistas nos vamos sentando en los huecos que quedan libres en sus grandes mesas a beber cerveza.
La decoración del local, la música, la gente vestida con ropa bávara y el ambiente te envuelve en un ambiente festivo que no hay que perderse por nada.
Es el mejor lugar donde terminar la ruta al centro histórico por hoy, pasamos un rato muy agradable compartiendo risas con los locales.
Después de tomar una cerveza y disfrutar del ambiente nocturno de Hofräuhaus nos vamos en busca de un restaurante para cenar.
Después de cenar seguimos caminando por el centro de la ciudad para ver los edificios y monumentos iluminados, cosa que siempre que podemos nos gusta hacer y regresamos al hotel para descansar.
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